Glaucoma: no duele, no arde, no pica, pero cuando vas al oculista, ya es tarde

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Los datos sobre el glaucoma son escalofriantes porque cuando la persona deja de ver ya es tarde. El glaucoma constituye la segunda causa de ceguera en el mundo, solo superada por las cataratas, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Al comienzo la enfermedad no duele, no arde, no pica, cuando está en un 90 % o 95 % recién el paciente evidencia perdida del campo visual.

El glaucoma es una enfermedad neurodegenerativa que afecta al nervio óptico y además tiene carácter irreversible ya que el daño se produce por un aumento de la presión intraocular. Cuando sucede, el deterioro progresivo de las fibras del nervio disminuyen el campo visual y en los últimos estadios conduce a la ceguera; de hecho, es la segunda causa de ceguera en el mundo junto con las distrofias de retina.

La revisión de la vista debe hacerse cada dos años y a partir de los 50 cada año ya que si se padece diabetes, tiene antecedentes familiares o miopía severa, podría frenarse su avance si se coge a tiempo pero cuando comienza es silenciosa.

Esta enfermedad no da ningún síntoma por lo cual no espere a no ver bien para acudir a un oftalmólogo. Cuando sea revisado se le practicará una tonometría y se averiguará la presión intraocular. No es doloroso y dura menos de un minuto.

Esta enfermedad es más normal en pacientes de raza negra aunque las estadísticas dicen que progresivamente pacientes de todo el mundo se ven afectados por ella. No deje las revisiones ya que las enfermedades de la vista sobrevenidas causan otros problemas posteriores ya que hacen que el paciente tenga que adaptarse a un universo distinto, acomodar su vida, aprender a ser un discapacitado visual, a desplazarse, a mirar con los restos visuales, etc, y si se puede evitar todo esto, debería reparar en ello.

Es importante, muy importante que la sociedad tome conciencia de la prevención de ciertas enfermedades oculares. Muchas personas la llaman “visión en túnel” y podría asemejarse la forma de ver a una retinosis pigmentaria aunque no tiene nada que ver cómo debuta en el paciente ya que ésta es una degeneración macular producida por una mutación genética, imprevisible, inabordable y además, sin cura alguna, frente al glaucoma que se puede prever, diagnosticar, tratar y sobre todo, evitar.

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