Hallan entierro de inmigrante chino del siglo XIX en huaca Mateo Salado

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En la huaca Mateo Salado se hallaron los restos de un inmigrante asiático que pertenecería a las primeras generaciones que llegaron al Perú.

Uno de los sitios arqueológicos más importantes de la capital es la huaca Mateo Salado, en el Cercado de Lima. Desde que se empezó a poner en valor el lugar, lo encontrado en este complejo arqueológico no ha dejado de sorprender.

Hace un par de años, durante las labores de puesta en valor de una de las cinco pirámides que comprenden el lugar, se descubrieron más de una cincuentena de entierros de épocas prehispánicas.

Entre todo este material, propio de un lugar construido por la cultura ychma y usado aun por los incas, se descubrió un ataúd que correspondía a épocas más cercanas.

El director del proyecto arqueológico Mateo Salado, Pedro Espinoza, indicó al Diario Oficial El Peruano que tenían sospechas de que este entierro correspondiera a los inmigrantes asiáticos del siglo XIX. Luego de estudiar los restos óseos y revisar las pertenencias, esta conjetura quedó corroborada.

El ataúd de madera se hallaba colocado en una de las paredes de la Pirámide E –la estructura más cercana a la avenida Bertello– en un forado hecho para convertirlo de nicho de este trabajador chino en territorio peruano.

Espinoza comentó que parte del ataúd sobresalía, pues había sido cubierto someramente por los deudos del inmigrante.

En el cajón se encontraron los restos de este personaje, acompañados por ropa y enseres. Su vestimenta –tanto la que llevaba puesta como una camisa enrollada con un saco de arroz a manera de almohada– es simple y modesta. Junto a su cadáver estaban también los implementos necesarios para fumar opio.

El arqueólogo Espinoza explica que la trascendencia de este hallazgo es que da luces sobre cómo se comportaban las primeras generaciones de chinos en el Perú. Por ejemplo, en los bolsillos de su pantalón se encontraron dos monedas de sol de la época.

Que ese dinero se encuentre en el ajuar funerario no es casual. Para el arqueólogo, responde a tradiciones que viajaron con ellos desde el continente asiático; por eso, a los muertos se les enterraba con dinero en los bolsillos, para que pudieran pagar su viaje.

Tampoco la pipa, el mechero, las tijeras y demás implementos para fumar opio estaban en ese ataúd por algún tema fortuito: también es resultado de las costumbres de esta colonia asiática.

Los estudios hechos a los restos del ataúd hallado sugieren que estos pertenecían a un joven con rasgos asiáticos. Otro dato es que su estatura era de 1.64 metros.

Las monedas que tenía en los bolsillos están fechadas en 1864 y estuvieron en circulación hasta 1897. Para Pedro Espinoza, encargado del proyecto, el entierro debe corresponder a la década de 1870 para adelante. La razón es que en esos años la colonia china empezaba a asimilar costumbres occidentales, como los ataúdes.