Había una pareja de abuelos que estaban casados hacía más de 60 años. No eran millonarios pero vivían bien gracias a las jugosas pensiones que disfrutaban cada uno de ellos.
Gozaban de buena salud gracias a su régimen de ejercicios y sobre gracias a las dietas alimenticias en las que la anciana había insistido desde siempre.
Un día, al regreso de unas vacaciones su avión se estrelló y ellos fueron a parar directamente al cielo.
San Pedro les da la bienvenida y los conduce a una hermosa y lujosa mansión con todas comodidades imaginables, incluyendo un Ángel que estaría permanentemente a su servicio.
El anciano aún incrédulo, tímidamente le dice a San Pedro:
—Esto es maravilloso, ¿Cuánto nos va a costar?
—Nada, absolutamente nada; Habéis vivido una vida ejemplar como pareja, y esta es vuestra recompensa.
El anciano mira por uno de los inmensos ventanales y ve el más hermoso campo de golf que hubiera siquiera imaginado y dice:
—¿Cuánto cuesta jugar en ese club…?
—Hijo estamos en el Paraíso, y aquí todo es gratis…
Luego fueron a un elegante restaurante donde encontraron un enorme buffet con los más exquisitos platos de comida: Carnes, aves, mariscos, pescados, postres, vinos… San Pedro observa al anciano y dice:
—No preguntes otra vez; ya te dije que aquí todo es gratis.
El anciano mira a su esposa y nervioso pregunta a San Pedro:
— ¿Y dónde está la comida saludable… sin grasas, sin harinas, sin colesterol, la leche deslactosada, el café descafeinado…
—No se preocupe —Dice el Santo interrumpiéndolo—, aquí podéis comer y beber de todo lo que se te antoje, sin temor a engordar ni a enfermarse: esto es el Cielo.
—Quiere decir ¿que no estoy obligado a hacer ejercicio? ¿que no necesito comer sin sal? ¿sin azucar? ¿Sin grasas? ¿Qué puedo beber licor? ¿etc. etc.?
—Así es —responde San Pedro—, aquí puedes comer y beber lo que quieras, sin ningún tipo de consecuencias negativas….
El anciano mira a su esposa fijamente y le grita:
—Tú y tus dietas….. ¡Sin ellas podríamos haber estado aquí hace por lo menos 15 años…!