Mundial Sudáfrica 2010: Las “vuvuzelas” asumen el papel de estrellas

shadow

 

Un mundial que por primera vez se disputaba en África, en Sudáfrica, la que era la XIX edición de la Copa del Mundo. Fue novedad, sobre todo, porque por primera vez España se proclamaba campeona.

Después de generaciones y generaciones, el sueño se hacía realidad y la Roja dominaba el mundo con un juego de toque preciosista donde la posesión y una enorme cantidad de centrocampistas de talentos comandaban una selección irrepetible.

Las ruidosas trompetas de plástico conocidas como “vuvuzelas” asumieron el papel de estrellas en el Mundial, convertidas en objeto de polémica y hasta intentos de que fueran prohibidas. Lo aclaró el Comité Organizador: “Son parte de la cultura sudafricana y están aquí para quedarse”.

Sudáfrica 2010 arrancó con dudas. Eran muchos lo que desconfiaban de la sede y de las si las obras en los estadios estarían lista para semejante acontecimiento. Y lo cierto, es que a última hora, pero se cumplió. El Soccer City fue la gran estrella, con 94.000 espectadores, del torneo siendo el estadio escogido para el partido de inauguración y la final, pero otros nueve recintos dejaron el pabellón sudafricano bien alto.

Como de costumbre participaron 32 selecciones divididas en ocho países. Sin apenas ausencias de renombre más allá de Suecia o la República Checa, el torneo dejó ya desde la fase de grupos bombas. La primera, la temprana eliminación de Francia, que fue apeada en el grupo A tras no conseguir ganar un partido y marcar un único gol en un ambiente enrarecido dentro del vestuario que terminó con los jugadores, la prensa y Doménech enfrentados.

Francia fue la gran decepción de una primera ronda que también dejó el paupérrimo papel de Italia (eliminado sin ganar un partido frente a rivales como Eslovaquia, Paraguay o Nueva Zelanda), la sufrida clasificación de España (que perdió el primer duelo ante Suiza) y la eliminación de Costa de Marfil, una de las favoritas que en ningún momento supo aprovechar la ventaja de jugar en su continente.

Claro que si entretenidos fueron los octavos, los cuartos fueron no aptos para cardíacos. Para empezar, Uruguay dejó en la cuenta in extremis a Ghana en los penaltis después de una prórroga de infarto donde los africanos fallaron un penalti provocado por una mano salvadora de Luis Suárez. Alemania echó de forma muy holgada (4-0) a una Argentina dirigida en el banquillo por Diego Armando Maradona y en el terreno de juego por Leo Messi, dos de los grandes perjudicados del gran juego teutón.

España, de nuevo por la mínima venció a Paraguay con otro gol de Villa y una pena máxima detenida por Casillas. La gran sorpresa la dio Holanda, que eliminó a la gran favorita, Brasil por 1-2 dejando en evidencia las dificultades para crear juego de los sudamericanos castigados por un claro error de su portero Julio César.

Cuatro selecciones europeas disputaron unas semifinales intensas. España se metió por primera vez en su historia en la final con un cabebazo majestuoso de Puyol que sorprendió a los alemanes. Holanda dejó atrás a Uruguay por 3-2 configurando una final inédita en un escenario único.

El 11 de julio llegaría la gran final. España y Holanda buscaban su primera corona y los nervios se apoderaron de ambos conjuntos que tuvieron que recurrir a la prórroga. En ella, a falta de tres minutos para el final, Andrés Iniesta aprovecharía un pase de Cesc Fàbregas para anotar un gol que valió un Mundial y que puso a España a la altura de los grandes y que condenó a Holanda a un nuevo subcampeonato, el tercero de su historia.

Fuente: colgadosporelfutbol.com/Foto: taringa.net

 

Leave a Reply