Pastillas para el hígado

 

Ratero precavido
Eran los días de Urresti. En una batida policiaca, capturan a un choro y el ministro lo interroga:
– Hay muchas denuncias contra usted
– Bueno, señor, así es la gente
– Sí, claro, pero usted roba todo el día
– Ministro, usted sabe que de noche es peligroso y… me pueden asaltar.

 

Cuestión de suerte
Dos congresistas provincianos, uno oficialista y otros de la oposición, relatan algunas experiencias de su niñez
– En mi pueblo, allá en Ayacucho, éramos pobres, francamente pobres, que dormíamos a la intemperie
– Eso no es nada. Mi familia era tan, pero tan pobre, que no teníamos ni intemperie
– Fíjese, nosotros comíamos a “la carta”
– ¿Verdad…?
– Sí, mi padre ponía sobre la mesa su juego de naipes y el que sacaba la carta más alta… ¡ese comía!

 

Nada con el agua

Alejandro tuvo un día muy ajetreado en Cabana. Tomó trago hasta el cansancio. Decide irse a casa y cae sorpresivamente a una acequia. Se levanta y observa que enfrente hay un bar:
– Por favor, deme una botella de agua
– ¿Con gas o sin gas?
– Me da igual. Es sólo para vomitarlo.

 

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