BARCELONA/España.- La falta de mayorías claras que evidencian las encuestas y la posibilidad de que las candidaturas independentistas no puedan repetir la mayoría absoluta marcan la campaña para las elecciones regionales del 21 de diciembre en Cataluña.
Las encuestas publicadas hasta ahora indican que hay dos bloques muy igualados entre los partidos que abogan por la independencia y los contrarios, y se tendría que abrir una difícil negociación para la formación de un gobierno.
Hasta ahora las fuerzas independentistas -ERC, PDeCAT y CUP- tenían 72 escaños, cuatro más de los necesarios para la mayoría absoluta, y ahora los sondeos rebajan esa cifra a 66-67.
Estos comicios están marcados por la situación política excepcional que vive Cataluña tras la declaración de independencia del pasado 27 de octubre en el Parlamento regional, ilegal según el Tribunal Constitucional y que desembocó en el cese del gobierno autonómico y en la convocatoria de elecciones, medidas adoptadas por el Ejecutivo español, previa autorización del Senado.
Respecto a posibles acuerdos tras el día 21, el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, afirmó hoy que “es imposible” construir en Cataluña un gobierno contrario a la independencia y que defienda la Constitución “sin los votos del PP”, su partido.
Rajoy también señaló a la prensa que “cabe esperar” que a partir de ahora los independentistas catalanes asuman que pueden luchar por sus ideas “pero siempre dentro de la legalidad”.
Consciente de la dificultad que puede haber para formar gobierno en Cataluña, el líder de Ciudadanos (liberales), Albert Rivera, afirmó este lunes que su partido, el mejor situado en las encuestas entre los contrarios a la independencia, estaría dispuesto a sumar “con todos” los que aseguren su respeto por las leyes, incluidos los nacionalistas, aunque reconoció que “eso sería un milagro”.
Según un sondeo publicado ayer por el diario catalán La Vanguardia, las fuerzas independentistas perderían la mayoría absoluta en Cataluña y habría prácticamente un empate entre ERC (republicanos de izquierda independentistas), con 31-32 escaños, y Ciudadanos (30-31).
Muy de cerca les seguiría Juntos por Cataluña (antes PDeCAT), el grupo que se ha creado en torno al expresidente catalán Carles Puigdemont, que conseguiría 30 escaños.
Con este mapa electoral, el mismo periódico publica hoy un sondeo en el que casi el 57 % de los encuestados confía en que se abra una negociación política tras los comicios para intentar buscar una salida ante la deriva independentista, ya que los partidos que defienden esta opción no renuncian a sus aspiraciones.
En este sentido, el 46 % cree que el proceso secesionista continuará después de las elecciones del 21 de diciembre.
Entre los independentistas, se disputan el liderazgo Puigdemont, que encabeza la lista JxCat, y el exvicepresidente del gobierno catalán Oriol Junqueras, cabeza de lista de ERC.
Pero ninguno de los dos puede participar directamente en la campaña, el primero porque se marchó a Bélgica pocos días después de la declaración de independencia para no responder ante la justicia española y el segundo porque está en prisión provisional, ambos investigados por rebelión y sedición por el proceso secesionista.
Junqueras pidió hoy al Tribunal Supremo que le deje en libertad, aduciendo que su encarcelamiento “ya está teniendo efectos muy relevantes en el ámbito de la campaña” e insiste en su apuesta por “escenarios de diálogo y resolución bilateral” de conflictos.
En el recurso que presentó hoy ante el alto tribunal su abogado argumenta también que mantenerlo en prisión preventiva vulnera su derecho a participar en la campaña y a “ejercer representación política de los ciudadanos, si resultase escogido, como diputado o como presidente” del gobierno catalán.
En el bando independentista hay diferencias sobre quién podría ser el aspirante al gobierno regional en caso de tener mayoría, si Junqueras o Puigdemont.
En este sentido, la dirigente de ERC y número dos de la candidatura, Marta Rovira, se dirigió a los partidarios de Puigdemont para pedirles que “se centren en conseguir que las fuerzas independentistas ganemos las elecciones” y luego, con los resultados, “ver qué posibilidades reales hay de formar un gobierno fuerte”.
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