La OTAN responde a Moscú con maniobras a gran escala en zona disputada del Ártico

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BRUSELAS.- La  Organización del Tratado del Atlántico Norte,  OTAN,  lanzó un potente mensaje “a cualquier enemigo potencial” con el despliegue de 50.000 militares en la disputada zona del Ártico y a 1.000 kilómetros de la frontera rusa

Asimismo tiene previsto poner en marcha en Noruega unas maniobras militares calificadas por el secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg, como “las mayores desde el final de la Guerra Fría”.

El magno ejercicio prevé el despliegue de 50.000 militares en una zona escogida deliberadamente por la dureza de las condiciones climáticas en esta época del año y por el tremendo esfuerzo logístico que supone trasladar hasta las cercanías del Ártico una ingente cantidad de vehículos militares procedentes de 31 países (los 29 miembros de la Alianza más Suecia y Finlandia).

La ejecución de las maniobras Trident Juncture 2018 en una zona disputada como el Ártico, la relativa proximidad geográfica y climatológica del área con Rusia (a 1.000 kilómetros), y la presencia de dos países invitados (Suecia y Finlandia) que no ocultan sus recelos hacia Moscú, han dado a estos ejercicios una pátina de juego de guerras reforzada por la actual tensión entre Occidente y el Kremlin.

“El ejercicio será un test sobre nuestra capacidad para recuperar la soberanía de un aliado, en este caso Noruega, tras un acto de agresión armada”, señaló Stoltenberg unas horas antes de que empiece el movimiento por tierra, mar y aire de 10.000 vehículos (camiones, jeeps, tanques…), de 65 buques (incluido el portaviones estadounidense Harry Truman y su flota de protección, con 6.000 personas en total a bordo) y de 250 aviones.

“Trident Juncture envía un mensaje claro a nuestras naciones y a cualquier potencial adversario”, reiteró  Stoltenberg. “La OTAN no busca la confrontación pero está lista para defender a sus aliados”, agregó.

La Alianza insiste en que no se trata de un ejercicio contra Rusia sino de un esfuerzo por demostrar y demostrarse que puede intervenir en las condiciones más desfavorables y en un lugar tan remoto como las cercanías del Ártico.

Pero las maniobras llegan tras la reciente escalada de tensión con el presidente ruso, Vladímir Putin, acentuada a partir de la invasión rusa de Crimea en 2014 y el regreso de disputas territoriales y fronterizas (en Ucrania, Moldavia y otros países de la antigua esfera soviética) que parecían olvidadas desde la desaparición de la URSS en 1991.

 “Crimea fue la primera vez que se cambiaban por la fuerza las fronteras en Europa en 40 años. Para la Alianza Atlántica fue un shock”, admiten fuentes de la organización.

Desde entonces, la relación entre la OTAN y Rusia ha cambiado radicalmente. Los programas y la relación estratégica que se habían establecido dejaron de existir para limitarse a un mero contacto a nivel de embajadores. Apenas siete contactos desde 2016.

Putin ha llevado a cabo además unas recientes maniobras también con 50.000 militares, en un ejercicio para testar la capacidad del ejército ruso en este nuevo escenario mundial de paz caliente. (ECHA- Agencias)