La profesión del payaso

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Los payasos son personajes presentes en el escenario diario. Ya sea en las calles, en las múltiples fiestas familiares, los buses o los circos siempre serán motivo y blanco bromas graciosas que arrancan sonrisas a grandes y chicos.

Es así que, en medio de una reflexión artística, surge una pregunta: ¿Qué tan importante puede ser el desarrollo de payasos profesionales? En contraste con el pensamiento popular de la preparación empírica de estos personajes, actualmente existe un centro de formación superior para que el trabajo del payaso sea valorizado.

Para Christian Anthony Oré Osoria, como hijo de familia circense, esto es un deber; por ello fue el responsable de crear la Escuela Experimental de Payasos (EEPA), que busca reformar la figura del payaso profesional en la sociedad peruana.

“Al ver la poca calidad en los espectáculos de payasos como tales, opto por abrir una escuela que brinde a los payasos diferentes herramientas de teatro, claun, bufón, stand up comedy… todo lo que un comediante necesita”, comenta Oré.

La visión crítica y formativa de Christian Oré tiene fundamentos sólidos, no solo en su historia como hijo de un trapecista y coreógrafa de circo, sino también como artista formado en diversas escuelas nacionales e internacionales.

De esta forma, puede estructurar los diferentes talleres viene brindando desde hace 4 años con la EEPA, comenzando con la expresión corporal, pasando por el trabajo con las emociones, el uso de los materiales adecuados e incluyendo la prueba de diversas experiencias o públicos, entre otros conocimientos que sirven para perfeccionar el trabajo del payaso.

“Tenemos una metodología particular, porque trabajamos haciendo una investigación del payaso tradicional de circo, luego derivamos en sus diferentes vertientes. No solo hacemos payasos para teatro. Los llevamos a la calle, al bar, al circo, a que enfrenten diferentes públicos”, explica.

En la escuela de Christian Oré la máxima consigna es “un buen payaso estudia de todo, nunca deja de aprender”, porque este personaje debe estar actualizado y tener conocimiento de las últimas tendencias, para que, aplicando sus conocimientos cómicos, lleve la realidad al absurdo.

Con esta consigna clara, y con la idea de cambiar la visión habitual del payaso, los alumnos de EEPA usan el arte de la payasada con diferentes fines, pero siempre manteniendo el encanto del personaje.

Por ejemplo, David Bernal, odontólogo de profesión, optó por dedicarse a ser payaso como una forma de acercar su labor a los niños, creando así al payaso “odontoloco”.

“La tarea era crear un personaje que tenga cercanía con los niños y brinde el mensaje de la prevención dental. Así he llegado a dar charlas en colegios y otros lugares donde encuentro niños, docentes y padres de familia”, comenta odontoloco.

Un caso similar es de Harol Vega, que cursa estudios superiores de educación artística y que descubrió en la labor del payaso una novedosa técnica metodológica para brindar mejor su mensaje, dando vida a “el eléctrico”.

El nombre de su alter ego de payaso responde a su inquieta personalidad, la misma que aprendió a trabajar como un nuevo recurso en su ámbito laboral. “He aprendido a darle más importancia al payaso dentro del círculo de artistas”, expresa Vega.

Varios de los alumnos que llegan a EEPA ingresan siendo payasos empíricos, sin embargo, el paso por esta escuela que busca profesionalizar la payasada genera notorios avances en cada uno, comenzando con la puesta en valor.

Los resultados que genera esta preparación en sus alumnos, como suele suceder con toda formación artística, no solo abarca el desarrollo profesional, sino también personal, pues todos pierden la timidez y aprenden a expresarse libremente.

Asimismo, los integrantes y directivos de la Escuela Experimental de Payasos buscan romper estereotipos que han llegado a ser denigrantes con ellos en la sociedad, por ello, comienzan con la aceptación de que la payasada es un trabajo serio, porque en varios casos sostiene a familias completas.

El trabajo de Christian Oré con la Escuela Experimental de Payasos (EEPA) busca alcanzar los máximos estándares, por ello, dentro de la formación y el trabajo que realiza con sus alumnos incluye diversas visiones de los payasos, llegando incluso a participar en ámbitos nacionales e internacionales, teniendo la satisfacción de alcanzar lugares meritorios.

Este es el caso de Lex Peixoto, que fue el delegado de este centro para participar en el campeonato internacional de payasos “me sentí bien alegre porque llegué a la final, representando esta escuela”.

Uno de los grandes sueños que alberga la EEPA es alcanzar un reconocimiento formal como centro de formación superior dentro de una escuela de circo, esto determina que les queda mucho camino por recorrer con altas metas para alcanzar.

Texto: Renzo Chávez / Fotos: Amancio Guillermo Caballero Raymondi