Lenín Moreno: hambre en el mundo es producto de “codicia” no de “escasez”

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CUENCUA (Ecuador).- El presidente de Ecuador, Lenín Moreno, dijo hoy que el hambre en el mundo no se debe a la “escasez” de alimentos sino a la “codicia” y a un mal reparto de la producción.

“El hambre en el mundo no es producto de escasez sino de la codicia (…) Es una realidad injusta y cruel, porque en el planeta sí se produce para todos”, afirmó el presidente en un panel de la III Cumbre del Hambre que se celebra en la ciudad ecuatoriana de Cuenca.

En una sesión, acompañado de nueve expresidentes iberoamericanos, Moreno habló de las políticas de su país para combatir el hambre y dijo que la ambición de llegar al “hambre cero” es una obligación de la humanidad y que los cambios son posibles.

“Puede que lo logremos o puede que no, pero hacia allá debemos apuntar, no solo con respecto al hambre, también sobre salud, educación y seguridad”, apuntó.

Moreno llegó a Cuenca, en el sur del país, tras recibir las dimisiones de sus ministros del Interior y de Defensa, César Navas y Patricio Zambrano respectivamente, por el deterioro de la seguridad en la frontera con Colombia estos últimos meses.

Sobre esa situación insistió en que los “seres humanos” deben aspirar a un mundo con “armas cero”.

Volviendo a la temática alimentaria, declaró que “un mundo con hambre cero es uno de los mayores adeudos de la humanidad”.

“No podemos dormir tranquilos mientras una de cada nueve personas en el mundo no come lo necesario para vivir”, declaró.

Y añadió que el deber de los Estados es “garantizar que la población mundial tenga alimentos suficientes”.

La III Cumbre del Hambre Cero comenzó hoy en la ciudad ecuatoriana de Cuenca con la participación de los expresidentes Oscar Arias (Costa Rica), José Luis Rodríguez Zapatero (España), Felipe Calderón (México), César Gaviria (Colombia), Laura Chinchilla (Costa Rica), Eduardo Frei (Chile), Eduardo Duhalde (Argentina), Hipólito Mejía (República Dominicana) y Rosalía Arteaga (Ecuador).

El objetivo es conseguir un cambio en las políticas internacionales que pongan fin al hambre por medio de una redistribución económica.