Libro “Mientras crece el bosque” se inspira en imagen de EEUU

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MIAMI.- La naturaleza en Europa está domesticada, pero en Estados Unidos se presenta en forma de tornados, huracanes, o bosques gigantescos, un espacio donde se esconden “secretos” y “cierta violencia latente”.

“Mientras crece el bosque” da título al libro de relatos del escritor español Guillermo Corral, quien se inspiró en la imagen de EEUU que se percibe desde el resto del mundo y en la realidad que se vive día a día en el país.

“Había viajado por aquí, pero el hecho de vivir te hace confrontar una idea de Estados Unidos que tenemos asentada en la cabeza antes de llegar”, explicó a Efe Guillermo Corral poco antes de presentar su libro en Miami.

Se trata de 10 relatos sobre personajes diferentes que de alguna manera están conectados y que transcurren en un sólo lugar, imaginario y real al mismo tiempo: “[Estados Unidos] es un mundo que existe y que todos compartimos desde un punto de vista imaginario, incluso aunque tú no hayas vivido en EEUU, cuando llegas aquí, cuando llegas a Nueva York, reconoces sus calles, porque las has visto millones de veces, porque has visto películas, y has leído novelas. Cuando coges un coche y conduces por una carretera americana, reconoces un paisaje que es muy tuyo aunque no seas de allí. El impacto que ha tenido la cultura popular americana a lo largo de los últimos 100 años es enorme, es un referente imaginario para todo el mundo”.

“A medida que fui terminando la colección, un elemento que inconscientemente aparecía en todas era el bosque”, relató Guillermo Corral, que en la actualidad ejerce como consejero cultural de la Embajada de España en Estados Unidos, donde reside desde hace cinco años.

El bosque que da título al primer libro del diplomático es un elemento que en los textos a veces ejerce de espacio de liberación “fuera de las normas sociales” y en otras ocasiones es un “sitio amenazante donde se esconden secretos” y cierta “violencia latente”.

Por otra parte, Guillermo Corral apuntó que la mayoría de historias están escritas de una forma “más cinematográfica que literaria” puesto que “ya no se puede escribir como si no existiera lo audiovisual”, y menos en el “país visual por excelencia”.