Millonarios que quedaron en la ruina tras tenerlo todo

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Generalmente creemos que los grandes magnates han llegado a ese sitio por azares de la suerte y que su buena estrella nunca se termina, pero muchos de ellos han tenido que pagar grandes cantidades de dinero para, irónicamente, no terminar en la bancarrota. Dicen que  “todo lo que sube tiene que bajar” o que “lo que viene fácil, fácil se va”, frases cliché pero que, hay que admitir, a veces representan la realidad.

MC Hammer

MC Hammer tuvo una niñez en la que la religión y el baseball eran su motor; sin embargo, fue la música y el espectáculo lo que eligió como profesión. En 1990 lanzó su canción `U Can’t Touch This´, la cual hizo bailar a todo amante del hip hop -y a todo aquel que veía MTV­.

Los pantalones bombachos (hammers) estaban de moda y los chicos de California ansiaban usarlos, pero MC Hammer se dedicaba a comprar excentricidades y a gozar de la fama. Las ganancias de los diez millones de copias vendidas de su álbum “Please Hammer Don’t Hurt”, se vieron reflejadas en una mansión de 30 millones de dólares y, por supuesto, en una deuda que poco tiempo después no pudo sostener. El lujo y encanto terminaron por arruinarlo. Aparece ocasionalmente en la pantalla, hace colaboraciones en documentales de música, en 2003 participó en “The Surreal Life”.
Björn Borg
Fue uno de los prodigios en el llamado deporte blanco; el tenis era su vida, logró llegar a 16 finales de Grand Slam de las cuales ganó 11, fue campeón de Roland Garros y Wimbledon; sus ganancias ascendieron a poco más de 4 millones de dólares -una cantidad exorbitante para los deportistas en los 60-, sin embargo, su carrera terminó a una temprana edad.

 A los 27 años llevaba una lujosa vida en Monte Carlo, pero sufría una severa adicción a los casinos y yates; las deudas iban en aumento y se le acusó de exceder el uso de cocaína. Intentó regresar al tenis nueve años después del escándalo, pero no funcionó; quiso emprender algunos negocios pero todos ellos fracasaron en múltiples ocasiones, hasta que hace algunos años logró estabilizarse económicamente. Las glorias y victorias con raqueta quedaron en el pasado, pero ha conseguido superar las desavenencias.

Mark Twain

“Todo lo que necesitas en esta vida es ignorancia y confianza, y entonces el éxito es seguro”. Tal vez al reconocido escritor, humorista y gran orador, Samuel Langhorne Clemens -mejor conocido como Mark Twain– le haya funcionado esa mentalidad ante la vida y sus pasiones, pero a su bolsillo no le resultó, pues despilfarró su fortuna en inventos y nuevas tecnologías que fracasaron.

Sin embargo, el escritor logró saldar sus deudas dedicándose al oficio de la palabra, y de paso heredó grandes joyas al mundo de la literatura; incluso impartió conferencias y recibió el título de Doctor Honoris Causa por la Universidad de Oxford.

Michael Jackson

El rey del pop alguna vez fue considerado el hombre más rico de la industria del entretenimiento, pues dirigió una tendencia apoteósica durante los 80; sus videos revolucionaron la forma de escuchar música y sus bailes impactaron –y siguen haciéndolo– a miles de personas en el mundo.

Entre sus gastos incluía le cantidad de 10 millones de dólares en perfumes para su mejor amiga Elzabeth Taylor, y sus propiedades requerían de un mantenimiento de 1,2 millones de dólares.

El ocaso de su carrera llegó también con una acumulación de deudas de hasta 500 millones de dólares, sin embargo, nunca sufrió los estragos. Si bien su muerte fue impactante y dolorosa para los fans, familiares y amigos cercanos, las regalías de Michael sanaron cualquier grieta monetaria que pudiera tener.

Allen Stanford

El multimillonario dueño de Stanford Financial Group presumía estar en la lista de las personas más ricas de Estados Unidos; su flota de jets, colección de yates y un equipo de cricket profesional daban muestra de ello.

Tenía a una fortuna estimada en 2 millones 200 mil dólares, hasta que en 2009 Allen Stanford fue acusado de fraude.

El hombre enfrentaba una realidad que le recordaba que su ostentoso estilo de vida era mentira, pues sus ganancias eran falsas: provenían de casi 50 mil inversionistas a los que engañó con la promesa de ganar mucho más, mientras realizaba inversiones en activos que no tenían liquidez y eran de alto riesgo, lo que hizo perder miles de dólares a quienes creían en él.

“El dinero no crece en los árboles, es de la gente”, le recordó el fiscal cuando lo sentenció a 110 años de prisión por una estafa de 7 mil millones de dólares.

Fuente: culturacolectiva.com/Foto: sopitas.com