Mundial Rusia 2018: Olé de Argentina llena de elogios a André Carrillo

shadow

 

Las lágrimas de Christian Cueva apenas finalizó el partido demostraron el sentimiento de todos los peruanos. Más allá de la enorme felicidad por victoria ante Australia, también hubo un lamento generalizado al recordar el penal que el volante erró en el debut ante Dinamarca, con el juego 0-0. Aquel día, los daneses se terminaron llevando una injusta victoria y luego Francia los eliminó del Mundial. Si ese disparo desde los 12 pasos hubiese entrado, quizá ahora Perú podría estar festejando su pasaje a octavos…

Lo cierto es que el Tigre Gareca no se fue de Rusia con las manos vacías y al menos pudo romper dos marcas históricas. Por un lado, la exquisita volea del interesantísimo André Carrillo, tras una notable asistencia de Paolo Guerrero, fue el primer gol mundialista después de ¡36 años! En España 1982, Guillermo de la Rosa marcó frente a Polonia y luego llegó una sequía que ahora llegó a su fin. Por otro lado, con el 2-0 final, Perú volvió a ganar en una Copa del Mundo luego de 40 años: el último festejo había sido en Argentina 1978, en el 4-1 ante Irán.

Ricardo Gareca reconoció gran esfuerzo de los muchachos (VIDEO)

En el segundo tiempo, el ingreso de Pedro Aquino por Yotún (estaba amonestado) no cambió el libreto de Gareca y los canguros no tuvieron tiempo para llegar a reaccionar.

A los 4′, Cueva metió una linda corrida y le taparon el remate. Sin embargo, Paolo Guerrero, con su olfato goleador intacto, la fue a buscar y metió un zurdazo de media vuelta que superó la estirada de Ryan. ¡Un merecido premio para el 9!

Adiós Rusia ahora pensar en Qatar (ANÁLISIS)

El resto del partido fue un trámite para Perú, que casi no sufrió sobresaltos, y el único australiano que tuvo un motivo para festejar fue Tim Cahill. El histórico jugador de 38 años ingresó algunos minutos y se dio el lujo de jugar su Mundial consecutivo: 2006, 2010, 2014 y 2018.

Dio la sensación de que Perú mereció llegar un poco más lejos en este Mundial, pero al menos se despidió de Rusia con una sonrisa

Héctor Salerno

Olé