No es Chile el verdugo, somos nosotros los culpables (ANÁLISIS)

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Un Mundial más fuera de nuestro alcance y no alcanza tender puentes para buscar culpables. No vamos a Rusia 2018 y acaso el único consuelo que queda es que se estiró la ilusión más allá de lo esperado.

Se soñó, la gente se ilusionó. El empate con Argentina 2-2 nos llevó al engaño. Contra Chile el resultado fue una bofetada. Se hizo fuerte el deseo y en la cancha mostramos tibiezas.

Para ir al Mundial se debe ser consistente de visita, en la altura, en casa o donde haya que mostrar que la clasificación cae como anillo al dedo para pelear los cupos de arriba y no buscar el repechaje como un derecho destinado para los menos malos.

No tenemos un equipo de categoría, no es pareja la tropa de Ricardo Gareca. Con tres o cinco buenos jugadores el resto se encuentra peldaños abajo. No es suficiente frente a otras selecciones que se muestran compactas.

Con un elenco disparejo no se puede ser pretensiosos. De ir a un Mundial con fusiles del siglo pasado ante los misiles de los rivales, nos coloca en una situación de miseria futbolística.

Ya de nada vale los lamentos. Es la realidad de nuestro fútbol. Paolo Guerrero no lo puede hacer todo. Faltan jugadores que acompañen al batallador delantero que cuando está de espaldas al gol, sabe asistir y siempre se las arregla para ser el mejor.

Lo que viene en adelante será algo así como no poder abandonar el baile. Con las puertas selladas y sin escape queda convertirnos en comparsas para la diversión de los rivales.

No tener nada que hacer es lamentable, poco más que relleno en un concierto de afinados músicos ante la desorejada selección peruana. Con el nuevo resbalón queda estructurar las bases del nuevo andamiaje del fútbol peruano.

No hacerlo es cometer el mismo pecado de los últimos 30 años. De lamentos y lloriqueos y renovarse de fe cuando se avecina una nueva eliminatoria.

Tampoco es bueno se cambie de técnico. Ricardo Gareca debe continuar para que se pueda sacar el único provecho que queda: Preparar el equipo del futuro, Qatar 2022. (Hugo Laredo Medina).

Foto: EFE