Papa reza para que la Cumbre en Singapur traiga “futuro de paz a la península coreana y al mundo entero”

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VATICANO.-   Tras dirigir un saludo «al amado pueblo coreano», el Papa Francisco  invocó a los  cristianos y peregrinos a rezar para que la Cumbre de los presidentes de EEUU  y Corea del Norte en Singapur el próximo martes tenga el éxito que todos esperan.

En ese sentido invocó este domingo  a rezar para que la reunión entre los mandatarios Donald Trump y Kim Jong un  contribuya a establecer «un camino positivo que asegure un futuro de paz a la península coreana y al mundo entero».

Francisco después invitó a los fieles a rezar “a la Virgen, reina de Corea, para que acompañe estos coloquios”.

El pontífice, que visitó Corea del Sur en agosto de 2014, ha enviado numerosos mensajes de celebración de las diferentes reuniones y gestos que se han celebrado en aras de la pacificación de la península.

Saliendo al paso de un vicio que se está multiplicando en las redes sociales y medios de comunicación, el Papa Francisco ha advertido que «el deseo malicioso de destruir premeditadamente la buena fama de otros es un veneno mortal».

Es un veneno que hace daño en primer lugar a quien lo lleva dentro, por lo que el Santo Padre ha pedido, ante miles de fieles reunidos para el rezo del Ángelus: «¡Que Dios nos libre de esta terrible tentación!».

El Papa comentó el pasaje evangélico de unos escribas enviados desde Jerusalén a Galilea para intoxicar a la gente que seguía a Jesús esparciendo el bulo de que sus curaciones milagrosas y la expulsión de los demonios las realizaba gracias al poder «del príncipe de los demonios».

Equivalía, según el Santo Padre, a decir «este es un endemoniado, para quitarle la autoridad». Ese comportamiento de los escribas era «una blasfemia, un pecado contra el Espíritu Santo, el pecado más grave, el único imposible de perdonar porque cierra el corazón a la misericordia de Dios que no se puede perdonar».

Ese comportamiento malvado es, según Francisco, «una advertencia a todos nosotros, Puede suceder que una fuerte envidia por la bondad y las obras buenas de una persona empuje a acusarla falsamente». Y difamar a los demás» nos hace formar parte de la familia del diablo». (ECHA- Agencias)