Perú declara patrimonio de la nación tradicionales tablas andinas de Sarhua

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LIMA.- El gobierno de Perú declaró hoy patrimonio cultural de la nación a las tradicionales tablas andinas de Sarhua, láminas de madera en la que se representa en pintura escenas costumbristas, familiares, históricas e incluso mitológicas, en una de las expresiones artísticas más populares del país.

Una resolución del Ministerio de Cultura publicada hoy en el diario oficial El Peruano reconoció a las tablas de Sarhua en el acervo cultural nacional por “constituir una herencia transmitida desde tiempos prehispánicos y una vía de comunicación, así como el medio para generar directrices que organicen la vida social”.

También por “promover la creatividad andina y la conservación de la memoria familiar y colectiva, reproduciendo los mundos interiores y exteriores de Sarhua”, pueblo de la provincia Víctor Fajardo, perteneciente a la región de Ayacucho, en el sur de lo Andes peruanos.

Asimismo, “por representar un elemento cultural genuino del pueblo que sustenta la cultura e historia” del lugar para fortalecer su identidad y sentido de pertenencia a la comunidad.

Las tablas de Sarhua tradicionales suelen medir de 2 a 4 metros de alto, con un ancho de 20 a 30 centímetros y una apariencia de columnas largas y delgadas, que adopta las formas de los troncos con las que son fabricadas.

Divididas en secciones rectangulares, las tablas narran en sentido descendente una serie de escenas, que pueden ir de seis a trece.

En las tablas tradicionales hay, por un lado, dibujos de personajes, animales y astros, elementos cuyas existencias físicas e imaginarias pueden probarse, mientras que por otro contienen símbolos abstractos que dividen cada sección.

Las primeras suelen ser vírgenes, ovejas, perros, niños, bebés, palas, mesas, cántaros, telares, instrumentos musicales, lunas y soles, mientras que las segundas tienen más apariencia de cintas o grecas, cuyas proyecciones simbólicas, además, aluden a contenidos ideológicos propios de las cosmovisiones andinas.

Sin embargo, las tablas más modernas enfatizaron mucho las escenas costumbristas, como las fiestas religiosas, y también sirvieron para narrar la violencia del conflicto armado interno, acontecido entre 1980 y 2000, con Ayacucho como la región más golpeada del país.

Así, las tablas también son un canal para transmitir la experiencia de terror causado en la zona por el grupo armado Sendero Luminoso y de las violaciones a los derechos humanos cometidas por las fuerzas armadas que combatían a los subversivos.

De este modo, la pintura tradicional de Sarhua ha centrado su valor durante las últimas décadas en ser un vehículo de transmisión de la memoria colectiva principalmente local, con maestros como Primitivo Evanán Poma y sus hijas Valeriana, Bertha y Venuca; Víctor Yucra, Elizabeth Canchari, Gaudencia Yupari y Pompeyo Berrocal, entre otros.

EFE/Foto: lamula.pe