Presidente Macron mantiene silencio pese a protestas masivas contra Buteflika en Argelia

shadow

 

PARÍS.- El presidente Emmanuel Macron mantiene su silencio y un perfil modesto ante las protestas en Argelia contra el presidente, Abdelaziz Buteflika,  mientras la comunidad argelina en Francia se moviliza convocando marchas de protesta.

“Hemos tomado nota de la candidatura del presidente Buteflika”, dijo esta semana, en un comunicado, el Ministerio de Asuntos Exteriores francés después de conocerse que el presidente argelino, en el cargo desde 1999, enfermo desde hace años y ahora ingresado en Suiza, se presentará a un quinto mandato en las elecciones presidenciales previstas para el 18 de abril.

“Deseamos que la elección presidencial se desarrolle en buenas condiciones. Corresponde al pueblo argelino elegir a sus dirigentes y decidir sobre su futuro”, señaló.

 “Ni injerencia ni indiferencia”, resume un diplomático anónimo citado por el diario Le Monde. La posición francesa es delicada. El desenlace es del todo incierto. El movimiento en la calle pone en riesgo a un régimen amigo.

Pese a las enormes diferencias entre las protestas actuales y las revueltas de 2011, la experiencia de las primaveras árabes desaconseja a París toda precipitación.

Video relacionado 2 de marzo de 2019

Al mismo tiempo, Francia no quiere quedar descolgada en el caso de que los cambios se aceleren. Y en estos cálculos también entran factores de política interna francesa. Existe la posibilidad de que, en plena campaña para las elecciones europeas, se agite el miedo a una inmigración masiva en caso de que las protestas deriven en una situación de inestabilidad.

 Argelia forma parte de la identidad francesa. Entre argelinos y franco-argelinos, descendientes de inmigrantes argelinos y argelinos de origen europeo que se marcharon tras la independencia, unos cinco millones de personas en Francia tienen un vínculo con Argelia Argelia es un asunto de política interior en Francia.

4 de marzo de 2019

“Francia, el antiguo colonizador, se marchó en 1962 después de una guerra extremadamente larga, dura y brutal, con cicatrices que siguen abiertas. El Gobierno francés debe intervenir tan poco como sea posible y de la manera más discreta posible.

Y es lo que está haciendo”, dice François Heisbourg, de los laboratorios de ideas Fundación para la Investigación Estratégica, en París, y del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos, en Londres. (ECHA- Agencias)