Resultados coperos que más parecen entierro anticipado (ANÁLISIS)

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El fútbol peruano mostró todo lo que es capaz en un surtido de resultados en una semana de Copa Libertadores en que pudo ser mejor pero dejó muchas dudas, sinsabores y cierta esperanza de alguna mejora si es que no es el entierro anticipado de otra intentona fallida.

De nueve puntos en juego solamente dos fueron a la bolsa de los equipos peruanos que están en la Copa Libertadores. En realidad muy poco. Es pobre porque Melgar y Alianza Lima jugaron en casa y de local no se puede empatar.

Melgar y su precario juego se esforzó para no perder cuando en la altura arequipeña al rival debería ahogarlo. San Lorenzo que traía un manojo de malos resultados, hizo su negocio con la paridad.

De hecho que el ‘cuervo’ tiene ahora las mejores posibilidades de hacer suyo el picadillo en casa.

Melgar en el Grupo F tendrá que lidiar todavía con Palmeiras y Junior en un grupo de ilusiones distantes. De escasas posibilidades si es que el once mistiano  no mejora lo que ofreció ante San Lorenzo.

Sporting Cristal se mareó con los goles de la Universidad de Concepción. Un 5-4 raro en Copa Libertadores que obliga a pensar que ambos tienen bajas las defensas en el torrente sanguíneo.

El elenco rimense hizo su mejor esfuerzo para que en el desarrollo del juego lograra emparejar hasta en dos ocasiones pero luego del laborioso 4-4, sacar el peor resultado en los últimos instantes es para arrancarse los pelos.

El Grupo C de Sporting Cristal al lado de Olimpia y Godoy Cruz no es un baile de quince años, tendrá el campeón peruano que afinar la orquesta y especialmente tomarse el trabajo de ponerle tranca a la puerta para que no le hagan cinco goles.

Alianza Lima estuvo cerca de alcanzar el mejor resultado pero el pan se quemó en la puerta del horno. Un triunfo que ya estaba en el bolso pero ese tiro libre en el último instante, dejó al equipo victoriano con las manos vacías.

De hecho que el saldo no fue favorable, pero que podemos aspirar si el fútbol peruano todavía está sumergido en las oscuras esquinas de la mediocridad. (Hugo Laredo).