Semana Santa: intrigas políticas llevaron a Jesús a ser crucificado

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En una Judea dominada por el yugo romano, Jesús de Nazaret fue víctima de las intrigas políticas de ricos y sacerdotes que temían perder sus privilegios, ante un mensajero de la justicia social que defendía a los pobres y oprimidos.

El mosaico político, social y económico de Palestina de hace dos mil años, revela las fuerzas oscuras del  poder que, en su desesperación por defender el status quo no vacilan en arrasar a quienes se atreven a denunciar sus corruptelas,  hablan de justicia social o salen en defensa de los desposeídos.

El pueblo judío estaba sometido al poder romano que ejercía su dominio a través de su procurador o gobernador, quien exigía tributos personales y territoriales para el César, y aportes en especie para el mantenimiento de sus tropas de ocupación, no vacilando en crucificar a quien se atreviera cuestionar el Àguila Imperial.

La clase sacerdotal, representada por los fariseos, sobrevivía a la sombra de los invasores, cerrando los ojos al paganismo y la explotación, a cambio de mantenerse como una aristocracia, hasta que en el año 37 antes de Cristo, Herodes primero y luego los procuradores o gobernantes romanos tenían el derecho de nombrar y deponer a los Sumos Sacerdotes, desde entonces el cargo no era hereditario ni vitalicio.

Esa fue la carta bajo la manga de los romanos para someter a la clase sacerdotal y las familias judías adineradas.

La Biblia se refiere con frecuencia a los saduceos y fariseos, especialmente en el Nuevo Testamento, porque Jesús entraba en constante conflicto con ellos, asi como a los ricos explotadores.

El poder económico

Los saduceos era los aristócratas que amasaban fortunas y, gracias a su poder económico,  estaban en la cúspide del poder, incluyendo la de los jefes sacerdotales y el sumo sacerdote, ocupaban la mayoría de los 70 lugares del concilio gobernante llamado el Sanedrín.

Con el argumento de mantener la paz, aceptaban las decisiones de Roma y cuestionaban a los que criticaban el imperio,  para mantenerse como la clase rica privilegiada de la sometida Judea, y  trabajaron arduamente para preservar la autoridad de la Palabra de Dios escrita, especialmente los Libros de Moisés (Génesis a Deuteronomio).

Constituían una clase de ricos explotadores que todo lo justificaban para sus intereses económicos,   lo que ahora se denominaría ultraderecha.

Eran extremadamente auto-suficientes, al punto de negar la intervención de Dios en los asuntos de la vida diaria, negaban cualquier resurrección de los muertos (Mateo 22:23; Marcos 12:18-27; Hechos 23:8), rechazaban la existencia del mundo espiritual, por ej. Ángeles y demonios (Hechos 23:8).
Los fariseos

A diferencia de los  saduceos aristócratas.  los fariseos eran en su mayoría hombres de negocios de la clase media, y por lo tanto estaban en contacto con el hombre común, que los tenían en una estima más alta.

Pese a ser una minoría en el sanedrín,  mantenían un número minoritario de posiciones como sacerdotes, influyendo en  las decisiones debido a que tenían el apoyo de la gente.

Proclamaban que Dios controlaba todas las cosas, y no obstante, las decisiones hechas por individuos también contribuían al curso de la vida de una persona, en la resurrección de los muertos (Hechos 23:6) ; creían en una vida después de la vida, con la correspondiente recompensa y castigo sobre una base individual, defendían la existencia de ángeles y demonios (Hechos 23:8).

En el escenario político religioso representaba una derecha fundamentalista que adoraba el becerro de oro del dinero.

Zelotes: ultra radicales

Al otro extremo del escenario político se encuentra el movimiento ultra radical,  los zelotes o zelotas, fundado por Judas el Galileo poco después de nacer Jesús. El nombre (del hebreo qanaim, de קנא, “celar”) se refiere al celo por Yahvé guardado por sus miembros.1 2

Los Emmanueles fueron la facción más violenta del judaísmo de su época, enfrentándose frecuentemente a los fariseos o saduceos, a quienes acusaban de tener “celo por el dinero”.

Algunos historiadores los consideran como uno de los primeros grupos terroristas de la historia ya que utilizaban el homicidio de civiles que a su entender colaboraban con el gobierno romano, para disuadir a otros de hacer lo mismo. Dentro del movimiento zelota, una facción radicalizada conocida como los sicarios, se distinguió por su particular virulencia y sectarismo.

Su objetivo era una Judea independiente del Imperio Romano mediante la lucha armada tal y como sucedió en la Gran Revuelta Judía del 66-73 durante la cual controlaron Jerusalén hasta que la ciudad fue tomada por los romanos, que destruyeron el Templo, y tres años más tarde ocuparon la fortaleza de Masada, el último refugio zelote, tras el suicidio de sus defensores.

Era la ultra izquierda en su versión más violenta.

Los esenios

Eran un movimiento judío establecido,  probablemente,  desde mediados del siglo II a.C., tras la revuelta macabea y cuya existencia hasta el siglo I está documentada por distintas fuentes. Administraban la interpretación última de la Ley que había sido revelada a su fundador, a quien se hace referencia en sus escritos como el Maestro de justicia.

Este personaje, del que se especula más gracias a los manuscritos del Mar Muerto, actuó hacia el 150 a. C. y se habría opuesto al Sumo Sacerdote Jonatán, hermano de Judas Macabeo, al considerar que había abandonado la fidelidad a Dios. Sus seguidores marcharon a Qumrán, sitio que los integrantes de la comunidad llamaron Damasco.

Se especula con que Jesús de Nazaret y Juan el Bautista tenían relación con ellos o incluso pertenecían a la secta debido a que en los manuscritos hallados Qumrán existen múltiples puntos de contacto con el mensaje cristiano.

Jesús y los ricos

En este escenario político, Jesús desenmascaró el poder alienante que se encierra en las riquezas, arrojando incluso a los mercaderes del Templo, predicando al aire libre y condenando  duramente a los ricos explotadores  y reprochando a los que acaparan y poseen más de lo que necesitan para vivir, sin preocuparse de sus hermanos.

Las Sagradas Escrituras resumen el mensaje de Jesús;:El que amontona riquezas para sí no es rico para Dios, sino insensato, necio: ha malgastado su vida (Lc.12,31-34).

¡Con que dificultad van a entrar en el Reino de Dios los que tienen dinero! (Mc.10,17-27).

Pero las preocupaciones de esta vida, la seducción de las riquezas y el deseo de todo lo demás los invaden, ahogan el mensaje y se queda estéril (Mc.4,19).

En cambio, busquen que él reine y eso se les dará por añadidura. Tranquilícense, rebaño pequeño, que es decisión de su Padre reinar de hecho sobre ustedes. Vendan sus bienes y denlo en limosnas; háganse bolsas que no se estropeen, un tesoro inagotable en el cielo, donde no se acercan los ladrones ni hecha a perder la polilla. Porque donde tengan su riqueza tendrán el corazón (Lc.10,17-27).

Una cosa te falta: vete a vender lo que tienes y dáselo a los pobres, que Dios será tu riqueza; y, anda sígueme a mí. A estas palabras, el otro frunció el ceño y se marchò entristecido, pues tenía muchas posesiones (Mc.10,21-22).

Ante las duras críticas del Nazareno, por la acumulación de riquezas y explotación de los pobres, fariseos y saduceos dejaron a un lado sus diferencias para atacar al hombre que hacía peligrar su poder económico el establishment de la época.

Esa situación se puso de manifiesto en el juicio de Cristo. Fue en este punto en el tiempo, que los saduceos y fariseos se unieron para llevar a Cristo a la muerte (Marcos 14:53; 15:1; Juan 11:48-50).

Robert Eisler ha creído descubrir un vínculo entre el cristianismo naciente y los zelotes, nacionalistas fanáticos. Este autor ve un mensaje cristiano inicial que se correpondería al de un mesianismo político tendiente a instaurar el reinado de Jesús, en caso necesario, en una Palestina libre de romanos e idólatras.

https://www.youtube.com/watch?v=G1B-Cc1OhXE

Cullman señala que lo único que sabemos con mayor seguridad es que el mundo en el que vivía Jesús estaba fuertemente imbuido de espíritu zelote,4 pero el mismo Jesús debió constantemente tomar posición en contra de esa avanzada del nacionalismo judío frente a los romanos, desautorizándolo.

https://www.youtube.com/watch?v=bL3paICIux0

Aunque los fariseos eran rivales con los saduceos, se las ingeniaron para hacer a un lado sus diferencias en una ocasión – el juicio de Cristo. Fue en este punto en el tiempo, que los saduceos y fariseos se unieron para llevar a Cristo a la muerte (Marcos 14:53; 15:1; Juan 11:48-50), en una campaña de difamación que, con otrras variantes, perdurá a través de los siglos.

Ernesto Chávez Álvarez