Stallone y Creed: “El público pensaba que iba a ser Rocky VII”

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Pensaban que se volvería a subir al cuadrilátero. Un Sylvester Stallone más relajado e irónico encarna otra vez al famoso boxeador Rocky Balboa en Creed: Corazón de campeón, película que debutó hoy, 28 de enero, en Perú y que, para el actor, significó un proceso de “mucha presión” porque el público “pensaba que iba a ser Rocky VII“.

Sylvester Stallone, acompañado por el otro protagonista de la cinta, Michael B. Jordan, deja claro que Creed: Corazón de campeón no es una nueva entrega de la saga del luchador italoamericano Rocky Balboa, sino un “spin-off” o historia derivada de una película previa.

En Creed: Corazón de campeón se presenta la historia de Adonis (Michael B. Jordan), hijo del amigo fallecido de Balboa y que también fuera su rival en las primeras películas: Apollo Creed. El joven decide seguir los pasos de su padre e intenta convencer al personaje de Sylvester Stallone para que sea su entrenador y lo prepare para competir.

Sin embargo, el veterano actor estadounidense Sylvester Stallone admite que, cuando se conoció que Rocky Balboa volvería a la gran pantalla nueve años después, tuvo que escuchar comentarios negativos. “Todo el mundo me decía ‘es una idea horrible, ¿qué estás haciendo?’ porque pensaban que yo iba a estar en el ring“, narra el intérprete. Esta es la primera vez que Stallone no firma el guión de una película protagonizada por su “alter ego”. No obstante, su estrategia no le ha salido mal, ya que con su interpretación de un Rocky Balboa que piensa en retirarse se llevó el primer Globo de Oro de toda su carrera, e incluso una nominación a los premios Oscar, reconocimiento que no conseguía desde 1977.

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Sylvester Stallone reconoce haber sentido celos de Michael B. Jordan, quien domina durante toda la película el ring de boxeo, y remarcó que, aunque pensara que todavía podía enfrentarse a escenas de combate cuerpo a cuerpo, “en verdad no, no se puede”.

A pesar de ver a un Rocky Balboa duro y exigente que somete a su pupilo a intensos entrenamientos, tanto delante como detrás de las cámaras ambos actores mantienen una relación fraternal mezclada con un humor desenfadado. “Intentábamos mantener siempre el espíritu padre e hijo porque si vas a un campo de entrenamiento verás como aquello no es tan serio, porque si no tu cerebro explota”, destaca el actor.