Uchuraccay: Falta apoyo para contar la historia en el cine

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Han pasado 34 años desde la masacre de ocho periodistas y su guía en la localidad ayacuchana de Uchuraccay, más de tres décadas con las heridas aún abiertas del más terrible y sangriento atropello a la libertad de expresión de nuestro Perú. A pesar que este caso aún no consigue la necesaria justicia, aunque siga resonando en el extranjero. Muchos compatriotas, sobretodo los más jóvenes empiezan a olvidar. ¿Cómo evitarlo? Entérate en esta columna…

En el marco de un nuevo aniversario de la tragedia de Uchuraccay, donde se torturaron y asesinaron a ocho periodistas y un guía de esa localidad ayacuchana, la Secretaria General de la Asociación Nacional de Periodistas, Zuliana Lainez Otero, nos recordó que “en el mundo: Uchuraccay es uno de los tres casos de lucha contra la impunidad”. Sin embargo, muchos peruanos (aún más la juventud) no recuerda ni al terrorismo de los 80, ni mucho menos este emblemático caso de atropello a la libertad de prensa.

Por poner un paralelo, la “desaparición” de 45 estudiantes de una escuela rural de la población de Iguala (Guerrero/México) se volvió una tendencia global, como lo que es un sensible crimen contra los derechos humanos. Esto se debe a dos factores, el Internet que en redes sociales abarcó este drama, y la producción de excelente material audiovisual al respecto.

¿Se cuenta con estos elementos en el caso Uchuraccay? La respuesta es un no tajante. A pesar de los esfuerzos de instituciones como la Asociación Nacional de Periodistas del Perú y otras similares, de algunos personajes del Estado Peruano, de contadas autoridades políticas, no se puede hablar de una correcta e idónea difusión audiovisual de los hechos ocurridos el 26 de enero de un ya lejano 1983.

Siendo un caso abierto, pues las sentencias a comuneros iquichanos no es más que una “lavada de manos”, en un crimen que ante cualquier tribunal consciente, ético y libre tendría que profundizar en el papel de las Fuerzas Armadas. Que, en el mejor de los casos, indicó a los pobladores que “cualquiera que llegara caminando a aquellas zonas ayacuchanas (donde queda  Uchuraccay) era necesariamente un terrorista”. Era conocido, y hoy comprobado que las autoridades no actuaron de la mejor manera en la zona de guerra y buscaban alejar al ojo periodístico de sus acciones. Ojo, todo esto no es un invento antojadizo, lo afirma la Comisión de la Verdad y la Reconciliación (CVR).

Por ello me di a la tarea de revisar el material concerniente a Uchuraccay en redes sociales y YouTube. Lo primero que salta a la vista es el video de la película de factura ayacuchana Mártires del Periodismo. Dicha cinta la realizó el cineasta Luis Berrocal en el año 2003. Se trata de un esfuerzo encomiable pero muy discreto, apenas abarca el caso de los periodistas asesinados en las escenas iniciales y se limita a las versiones oficiales, con alguna que otra insinuación a la culpabilidad de la policía y el ejército, pero de manera muy solapada.

Una producción de dos semanas, con un presupuesto de doscientos nuevos soles, no podía ser un documento audiovisual valioso, y no lo termina siendo. Aunque fue un boom en las salas de cine ayacuchanas, la denuncia de Uchuraccay se ve subordinada a un filme de persecuciones y hasta romanticismo. En YouTube hay una versión incompleta, pero tampoco es que provoque verla completa.

Sin embargo, tenemos una página web que presenta un tráiler del que sería un proyecto de documental sobre Uchuraccay, con un trabajo periodístico que se nota esmerado, y la participación de los deudos. Quinoa Films aparece como la productora y Carmen Valdivieso Hulbert la responsable del mismo. La información sobre este material, que buscaba fondos para su realización es del 2015. No he podido acceder a novedades más actualizadas.

Del resto de material audiovisual que brinda YouTube sobre Uchuraccay encontramos varios testimonios y reportajes al respecto. Me quedo con el video de los 33 años de la masacre, con la elección de un nuevo alcalde para un poblado que renació de sus cenizas. Es una perspectiva positiva y honorifica, donde vemos presente a la Asociación Nacional de Periodistas (ANP).

Queda la misión de llevar adelante un proyecto visual de gran envergadura sobre Uchuraccay, que nos permita recordar, reconciliar, pero nunca olvidar. El olvido es el caldo de cultivo para nuevos atropellos, seamos justos con la memoria de Jorge Mendivil, Eduardo de la Piniella, Jorge Sedano, Amador García, Willy Retto, Octavio Infante, Pedro Sánchez y Félix Gavilán.  Una justicia que debe mostrarse al mundo entero. (Manuel Salazar)

Fuente: https://manuelsalazarlima.wordpress.com/