Uruguay: Peruano fue el primer expulsado en la historia de la Copa del Mundo de Fútbol

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Uruguay fue sede en 1930, entre el 13 y el 30 de julio, de la primera edición de la Copa del Mundo de Fútbol organizado por la FIFA. Se disputó en tres estadios (Centenario, Pocitos y Parque Central), que se construyeron en apenas seis meses. Recordemos, entonces, algunos episodios que forman parte del anecdotario futbolístico de los mundiales a través del tiempo.
El estadio de la final, Centenario, con capacidad para 80 mil espectadores, recibió ese nombre porque se cumplían cien años de la Jura de la Constitución uruguaya y de su nacimiento como Estado independiente.
 El francés Lucien Laurent entró en la historia al marcar el primer tanto de la historia de los mundiales, cuando batió al meta mexicano Bonfiglio en la victoria de Francia por 4 goles a 1.
El ganador del torneo, Uruguay, recibió como premio el trofeo Jules Rimet, encargado a un coste de 50 mil francos suizos.
El portero francés Alex Thépot fue el primer jugador en abandonar un partido, al lesionarse, y como no se permitían  cambios, se tuvo que poner bajo los palos su compañero Augustin Chantrel.
Al día siguiente se lesionaría el defensa rumano Adalbert Steiner, que también dejó a su equipo con diez.
Por su lado, el peruano Mario de Las Casas quedó en la historia por haber sido el primer jugador en ser expulsado de una Copa del Mundo, en el partido que su equipo perdió ante Rumania (3-1), que había llegado con un equipo seleccionado y patrocinado por el rey Carol, y que también es recordado por ser el de menor cantidad de espectadores hasta ahora: sólo 300 hinchas.
El uruguayo Héctor Castro, que era manco, marcó un tanto en la victoria final frente a Argentina por 4-2 (0-2), en un duelo que se disputó con pelota de fabricación argentina en el primer tiempo y uruguaya en el segundo, según el criterio del árbitro belga Jan Langenus. Ambos planteles habían sido agasajados a lo largo del torneo con la voz del “Zorzal del tango”, Carlos Gardel.
El técnico argentino, Juan José Tramutola, que tenía 27 años y 267 días cuando su equipo jugó el primer partido contra Francia, se constituyó en el director técnico más joven de la historia de los mundiales.
Foto: pinterest.com.mx