Wonder Woman: No habría Gal Gadot sin Lynda Carter

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En un teatro californiano, para el avant premiere del filme Wonder Woman, se juntaron Gal Gadot y Lynda Carter, es decir: la nueva y la clásica Mujer Maravilla. Y así, se reunieron dos generaciones de actrices que se han puesto el sexy trajecito estrellado de la heroína de DC Comics, que el jueves 1 de junio estrenó su primera aventura cinematográfica independiente.

Se sostiene que no habría esta versión fílmica de Wonder Woman sin la anterior (televisiva, entre 1976 y 1979) con Lynda Carter. Y, claro, es una posición muy debatible, pues seguro que en una selección de personajes de cómics, la Mujer Maravilla habría tenido chances, más allá de la serie de TV, para protagonizar una película (en una era en que muchos personajes menores ostentan sus propios filmes).

Pero, la expectativa mayúscula que rodea a los fanáticos del llamado “noveno arte” (los cómics) tiene mucho que ver con ese antecedente de la “pantalla chica”, estelarizada por la hasta ahora despampanante Lynda Carter. Por ello se afirma que la hermosa y escultural israelí Gal Gadot le debe, por lo menos parte, del amor de los fans a Carter y su memorable performance de Wonder Woman.

En la TV de antaño, se suspiraba cada vez que la oficiosa Diana Prince “daba sus vueltecitas” para transformarse en la amazona guerrera Wonder Woman.  Suspiros que se equiparan a los que lanzan desde las butacas al ver a Gal Gadot como la nueva, y mucho más aguerrida heroína (amén  a que estamos en tiempos muy diferentes de los conservadores años 70), en el filme que acaba de estrenarse mundialmente.

Y, es que la huella de Lynda Carter fue tan poderosa en el imaginario colectivo que por ejemplo la Mujer Maravilla de la serie de dibujos animados Súper amigos era basada en la personalidad de la interpretación de Carter. Recién, con la Mujer Maravilla del dibujo Liga de la Justicia (y su secuela: Liga de la Justicia Ilimitada) se vio a una Wonder Woman más feminista, líder y sobresaliente entre tanto kriptoniano (Superman) y hombre disfrazado de murciélago (Batman).

En ese tono va la encarnación de Gal Gadot, es una Wonder Woman en toda la expresión de la palabra. El concepto de la mujer que reclama su sitio, no se deja amilanar por los típicos “machos”, coge su lugar en el conflicto y lo ejerce con autoridad. De ahí se comprende el despliegue feminista que ha ejercido esta película, lo que sin duda plasma la idea del guionista y psicólogo William Marston (luchador por los derechos de la mujer) al crear a este personaje en el ya lejano 1941.

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Lynda Carter no fue el primer intento de llevar a la pantalla a la Mujer Maravilla, una fallida personificación de la actriz Cathy Lee Crosby no llegó a buen puerto en 1975. También fueron intrascendentes otras recreaciones como las de Adrianne Palicki (en el piloto de Wonder Woman, 2011) y Amazon (2012, un proyecto que jamás vio la luz). Recién en el filme Batman v Superman: Dawn of Justice (con Gal Gadot) tuvimos de vuelta a la heroína de DC (2016).

Para muchos críticos de cine estadounidenses que ya pudieron ver Wonder Woman, se trata de la mejor cinta de DC Comics desde la tan celebrada The Dark Knight (la segunda película de la trilogía de Christopher Nolan sobre Batman, con el desaparecido Heath Ledger como el Joker). No se sabe si tanta algarabía será certera, pero por lo menos parece un hecho que superará a Batman v Superman: Dawn of Justice, Suicide Squad y Superman: El Hombre de Acero.

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