Lo que empezó como una serie fresca y visualmente llamativa sobre la alta sociedad londinense del siglo XIX parece estar encaminándose hacia la sobreexplotación. Netflix confirmó que Bridgerton, su drama romántico más rentable, no solo tendrá una cuarta temporada (programada recién para 2026), sino que continuará con una quinta y sexta entrega, en un intento más de la plataforma por exprimir hasta el último rincón de sus franquicias exitosas.
La cuarta temporada, centrada en Benedict Bridgerton, promete seguir el mismo patrón ya visto: un romance de época adornado con lujos, bailes y escándalos, aunque varios críticos y parte del público han comenzado a notar cierto desgaste narrativo desde la segunda entrega. A esto se suma una espera de dos años, lo que ha generado preguntas sobre la pérdida de impulso en una era dominada por la inmediatez del streaming.
A pesar de los buenos números que han mantenido a Bridgerton en la lista de los «Más Populares», la fórmula comienza a mostrar señales de agotamiento: coreografías sociales repetitivas, estructuras románticas previsibles y una estética cada vez más alejada de la innovación que marcó el debut en 2020.
Netflix también presentó a Yerin Ha como la nueva incorporación al reparto, en el papel de Sophie Beckett. Aunque su historial actoral y formación en Corea del Sur y Australia prometen solidez, no pocos espectadores cuestionan si el fichaje responde más a una estrategia de inclusión internacional que a una renovación real del contenido.
Con el anuncio de las temporadas 5 y 6, Netflix deja claro que prefiere apostar por lo seguro antes que arriesgar con historias nuevas. Para algunos fans, es una buena noticia; para otros, un síntoma más de la falta de ideas frescas en el catálogo de la plataforma.
Foto Netflix