El renovado aeropuerto internacional Jorge Chávez comenzará a operar plenamente este domingo 1 de junio a las 13 horas tras una interrupción de 12 horas en la que se detendrán todos los vuelos en ambos terminales tanto en la nueva infraestructura como en la antigua terminal de la avenida Faucett, que dejará de funcionar de manera definitiva.
A continuación, se detallan los motivos y el proceso de este cambio.
Rocío Espinoza, de Lima Airport Partners, detalló que la suspensión de vuelos ocurrirá el domingo de 1:00 a.m. a 1:00 p.m. Durante este lapso, aerolíneas y personal operativo se concentrarán en trasladar las operaciones de la antigua terminal a la nueva, accesible por la avenida Morales Duárez.
«Para asegurar una transición adecuada al nuevo terminal, no se operarán vuelos de llegada o salida entre la 1 a.m. y la 1 p.m. del domingo 1 de junio. Esto afecta a aproximadamente 200 o 250 vuelos que ya deberían haber sido reprogramados, ya que esta medida se comunicó a mediados de mayo, al comenzar la fase de prueba», precisó.
Esta interrupción de vuelos, acordada con aerolíneas y autoridades, tiene como fin reducir las molestias operativas y se ha complementado con una campaña informativa para los pasajeros. La vocera añadió que las aerolíneas han facilitado la reprogramación flexible de los vuelos.
En consecuencia, desde la 1:00 p.m. del domingo 1 de junio, la terminal de la avenida Faucett cesará sus operaciones, y todos los vuelos se gestionarán desde la nueva terminal en la avenida Morales Duárez, diseñada para atender a más de 30 millones de pasajeros al año.
Actualmente, en la fase de «marcha blanca», solo cinco aerolíneas operan.
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La representante de LAP mencionó que, durante la fase de prueba iniciada el jueves 15 de mayo, únicamente cinco aerolíneas internacionales (Aerolíneas Argentinas, Air Europa, Wingo, Arajet y Volaris) están utilizando la nueva terminal para vuelos internacionales hacia y desde destinos como Buenos Aires, Madrid y Bogotá.
Las demás aerolíneas continuarán en la terminal de la avenida Faucett hasta el 31 de mayo. Desde el domingo 1 de junio, todas las operaciones se concentrarán exclusivamente en la nueva terminal, con acceso por la avenida Morales Duárez.
El ingreso a la nueva infraestructura será únicamente vehicular.
El acceso al nuevo aeropuerto Jorge Chávez se realizará exclusivamente por la avenida Morales Duárez, situada junto al río Rímac en el Callao, la cual dispone de ocho carriles en total. La salida del nuevo terminal también conecta con esta avenida y, posteriormente, con vías importantes como Elmer Faucett y otras de gran circulación.
Solo se podrá acceder a la nueva terminal en vehículo; no se permitirá el ingreso peatonal debido a la considerable distancia de casi tres kilómetros desde la avenida Morales Duárez hasta la entrada principal.
La nueva terminal se distribuye en cuatro niveles con distintas funciones.
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Al llegar al nuevo aeropuerto en buses de AeroDirecto o vehículo particular, se ingresa directamente al segundo nivel, que ofrecerá diversas opciones gastronómicas y zonas de esparcimiento, además de pantallas con información de vuelos.
Escaleras eléctricas conducirán al tercer nivel, donde comienza el proceso de identificación necesario antes de abordar.
Para agilizar este trámite de forma autónoma, Lima Airport Partners ha instalado 39 máquinas de facturación y 90 módulos de check-in, cifra que se incrementará a 120 para finales de año.
Estas máquinas permitirán registrar el equipaje y gestionar pagos por exceso de peso o maletas extra. Un sistema de cintas transportadoras de 7 kilómetros equipado con escáneres avanzados para detectar objetos peligrosos, llevará el equipaje etiquetado y pesado hasta el avión.
En el cuarto nivel del aeropuerto se ubicarán las salas VIP para vuelos nacionales e internacionales y las zonas de protocolo.
La nueva terminal cuenta con un diseño total de cinco niveles, con flujos separados para salidas y llegadas; el tercer nivel está asignado al desembarque y tiene acceso directo a la terminal.
Los taxis dispondrán de un tiempo máximo de 10 minutos para dejar pasajeros y descargar maletas, prohibiéndose estadías más largas para garantizar la fluidez del tráfico.
Foto Andina