Lo adelanté en mi última columna al revisar las expectativas que teníamos contra Chile en Lima. Y pronostiqué un partido más complicado para Perú. En Barranquilla, Colombia jugó mal de local y ganó. Aunque nos duela hoy por hoy Chile es la selección más fuerte de Sudamérica. Lo que no es excusa para haber cometido tantos errores que ya se habían asomado en tierras “colochas”.
Perú resolvió sus problemas de definición con la sola presencia de Jefferson Farfán, quien a pesar de sus gustos por las chicas de la farándula, es de lejos el futbolista diferente de nuestro fútbol. El martes, por ejemplo, Paolo Guerrero volvió a estar distante de ese nivel que muestra en el campeonato brasilero. Su gol en las postrimerías del partido fue un claro error de la zaga chilena que no estuvo a la altura del resto del seleccionado mapocho y así y todo fueron mejores que los peruanos.
Al equipo nacional le volvió a faltar oficio. Como Carlos Zambrano en la Copa América, esta vez Christian Cueva fue el irresponsable que pisó el palito. No es culpa del referí argentino Pitana que delante de todos le tire la pelota en la cara a Jorge Valdivia. La tarjeta roja fue merecida y ahí se tumbó el esquema de Ricardo Gareca que nuevamente no supo rearmar el equipo. Las disculpas de Cueva hoy ningún peruano quiere escucharlas. El silencio debe acompañarlo de regreso a México, porque ya no es un chiquillo para “taparle” sus niñerías.
La falta de oficio también se evidenció tras la lesión de André Carrillo, que mientras estuvo en la cancha amagó algunas sociedades con Jefferson Farfán. Unos minutos con nueve jugadores ante una de las selecciones más desequilibrantes del planeta, ese es el sitial actual de Chile, es una eternidad de castigo para una defensa como la peruana. Además de pasar más de un minuto fuera de la cancha, Carrillo reingresa lesionado (parecía que estuviéramos viendo un partido del campeonato local), no puede ni caminar y viene “facilito” el empate chileno. Se ordena el cambio, y Pedro Gallese en vez de echar el balón afuera de la cancha (y forzar la sustitución) la lanza para que se pierda en delantera y los “rojos” nos metan el tercero. El arquero nacional tuvo algunas atajadas de mérito, pero no puede tener tanta falta de criterio para alargar el lapso de jugar con nueve. En esos instantes de descoordinación, perdimos el encuentro.
Van dos falencias claras de Ricardo Gareca, falta de respuesta en la expulsión de Cueva y lentitud de decisión ante la lesión de Carrillo. Tercer error del técnico argentino, inventarle un puesto muy salido del área a Yordy Reyna. Nunca funcionó, desmembró al seleccionado y las distancias entre Perú y Chile ya fueron insalvables. Esos tres aspectos claves los debe reflexionar el Tigre, un entrenador serio y trabajador que ha iniciado las eliminatorias con dos derrotas. Las estadísticas señalan que es el peor inicio de eliminatorias desde que se juegan todos contra todos. Las críticas y los cuestionamientos ya comenzaron. Se pueden dar por descontadas encendidas peticiones de desafuero para el estratega “gaucho”, otros que lo excusarán a capa y espada, ni una cosa, ni otra. Ricardo Gareca cometió errores, pero viene haciendo un buen trabajo. Al igual que el proceso anterior, el tercer puesto de la Copa América es MENTIROSO. No somos terceros de esta parte del continente, vamos a la cola. Rusia 2018 es una ilusión vana, hay que vivir nuestra realidad. El trabajo es a muy largo plazo.
También es tiempo que nos quitemos la venda de los ojos, ¿quién no conoce gente que creía que a la salida de Manuel Burga íbamos a mejorar automáticamente? Los ayayeros de Edwin Oviedo hoy ven que la improvisación y los “buenos deseos” no son suficientes. Al proceso de Sergio Markarián se le destruyó en la misma vieja idea de nuestros terribles líderes políticos, gobierno nuevo a tumbarse lo trabajado en el proceso anterior. Lo más alarmante es la carencia de autocrítica. Hoy circuló una noticia chiquita, de un párrafo,en la que se señala que Alfonso Grados, dirigente de Sporting Cristal y miembro del comité consultivo de la Federación Peruana de Fútbol, fue separado de la FPF por escribir una columna criticando las declaraciones de Ricardo Gareca y el planteamiento de Perú en el partido contra Colombia. Una opinión alturada y respetuosa fue censurada, me pregunto: ¿Hoy también lo censurarían?