La derrota contra Brasil en Salvador de Bahía nos devolvió de tajo a nuestra realidad. Es sabido que no somos favoritos para clasificar al Mundial Rusia 2018, pero la verdad dicta que lejos de eso ni siquiera estamos sacando las credenciales para poder mejorar el proceso de Sergio Markarián, una eliminatoria que a estas alturas parecía mucho más factible que la actual. Hoy Perú es de los equipos más discretos de América del Sur.
Brasil no demostró demasiado, apenas una leve mejoría con respecto a lo visto en la Copa América, esa misma donde quedamos terceros y calcado a la anterior copa nos creímos un cuento que es falso. La citada competencia continental no es gravitante para la mayoría de países, es más el próximo año la Copa Centenario va a tener tan poca expectativa, con selecciones disputando serias chances mundialistas, Perú a lo mejor hasta campeona.
Tres a cero, con goles que siguen demostrando dos aspectos que este columnista resaltó antes de esta nueva fecha doble de eliminatorias. Una defensa con poca solvencia (se convocaron nombres como Edgar Villamarín o el propio Cristian Ramos que no fueron utilizados). Jair Céspedes es una alternativa a un Yosimar Yotún que no lució demasiado en ninguno de los dos partidos. Lo de Diego Penny es muestra de una terquedad en la convocatoria de Ricardo Gareca, Pedro Gallese pudo haber fallado con el Aurich pero Penny también lo hizo en el pórtico rimense. El Perú colectivamente quisiera una explicación sobre este particular.
Tampoco se puede plantear contra Brasil un esquema tan ofensivo como ante Paraguay, más aún si con el equipo al ataque fallamos en los tramos finales. Los brasileros sí golpearon y con contundencia. El cuadro verdeamarelo no puede sentirse en Rusia tras el triunfo contra Perú, pues tristemente a nuestra selección nos van a ganar más partidos de visitantes. Nosotros más bien podemos ir diciendo adiós a las aspiraciones mundialistas, no se van a traducir en una quimérica clasificación.
Ya estoy escuchando en mi cabeza a Juan Carlos Oblitas soltar una verborrea sobre las cifras de la tabla de posiciones, “no somos últimos”, “ahí están las posibilidades”. Claro, hay que agradecerle a Venezuela no ser últimos, pero tomar con alegría la resurrección de Argentina sería realmente de tontos. Sumaron tres puntos en Colombia, e hicieron (sin su delantera titular) lo que Perú no pudo hacer. Acabamos de volver a poner en carrera a Brasil, Chile es más que Perú, Ecuador tiene puntaje perfecto, Uruguay volvió a crecer, Bolivia no anda tan mal. La cosa pinta fea, muy fea.
Dicen que soñar no cuesta nada, bueno cuesta decepciones, por eso es que el viernes 13 contra Paraguay vimos a muchos jóvenes (gran cantidad de adolescentes) con la ilusión a flor de piel. Ellos no han pasado por tantos años de golpes y golpes, ellos creen, la verdad los mayores ya no somos tan crédulos. Esta es nuestra realidad y ya.