Cienciano en su peor momento

 

Cienciano no es un equipo de barrio, tampoco una institución de grandes recursos económicos. Es un club al que los peruanos le debemos la impagable satisfacción de habernos regalado la Copa y Recopa Sudamericana.

De aquel Cienciano que alcanzó la cumbre futbolística bajo la dirección técnica de Freddy Ternero, quedan apenas retazos, un desparramado once que no logró los puntos en la cancha y los dirigentes detrás de los escritorios quienes igual pusieron su cuota para que el equipo imperial se encuentre al borde del desastre.

Del Cienciano glorioso solo quedan como testimonios evidentes de las dos proezas las dos estrellas que orgullosas adornan el escudo de las camisetas, referencias de los dos títulos alcanzados.

Cienciano se mudó de ropaje y está más desabrigado que nunca con la amenaza de perder la categoría. Un episodio infeliz que los cusqueños y el Perú lamentan no poder hacer nada para evitar que deje de pertenecer a la división de honor.

La pena es grande. Solamente los directivos del equipo imperial saben qué hicieron mal para que Cienciano se encuentre en jabonosa instancia en la que para salvarse deberá ganar en el último tramo del Torneo Clausura a San Martín en el Cusco y esperar otros resultados de equipos igualmente comprometidos con el castigo más severo que puede padecer un equipo de fútbol.

Está complicada la situación de Cienciano, se encuentra a la espera de un milagro para salvarse. Los seis puntos restados por la Agremiación de Futbolistas en cumplimiento a su derecho de cautelar a sus socios impagos, ha puesto a Cienciano entre las cuerdas.

Ahora que Cienciano está con la soga al cuello solo queda el recuerdo de las épicas batallas ante River Plate y Boca Juniors. De esos instantes de felicidad que hoy añoramos.

La campaña del papá en todo el recorrido para lograr la Copa y Recopa Sudamericana fue un canto de exquisita vivencia futbolística con actuaciones magistrales de Germán Carty, Carlos Lobatón, Oscar Ibáñez, Santiago Acasiete, Luis García, Juan Carlos Bazalar y Paolo Maldonado, entre otros.

El panorama es diferente, como una pesadilla que indigna a todo aficionado que ve a Cienciano en un filoso momento en que está a un paso de perder la categoría. Como un castigo cruel que Cienciano no debe padecer. Y que sus dirigentes permitieron.

 

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