Argentina tiene más de un motivo para celebrar. Ha dado un paso importante a la clasificación a la siguiente etapa de la Copa América Chile 2015 tras derrotar a Uruguay. Ahora le toca esperar la última fecha a una eliminada Jamaica que debería ser (por lo menos sobre el papel) un rival vencible. Además su máximo goleador Gabriel Omar Batistuta desmintió las exageradas informaciones que daban como un hecho la amputación de por lo menos una de sus extremidades.
Varias cosas para reflexionar en el caso de Batistuta, primero que nada la imperdonable manipulación de la información, no puede ser que a un ser humano le inventen tragedias como estas. El “Bati” tiene familia, hijos a los que compañeros de escuela les preguntaban “¿es verdad que a tu papá le van a cortar las piernas?”, vamos eso es cualquier cosa menos periodismo. No se pueden inventar noticias a mansalva, vender periódicos o levantar la sintonía no son motivos para cebarse en un drama humano, si hubiera sido cierto, y mucho menos para especular tan desvergonzada e irresponsablemente.
Por otro lado, vuelve a ponerse sobre el candelero el viejo debate sobre la exposición a faltas desleales que tienen los futbolistas habilidosos, parece que ser “goleador” debe ser “premiado” moliéndolo a patadas. Es cierto que Gabriel Omar Batistuta no va a sufrir de ninguna amputación, pero tampoco es que su vida cotidiana sea tan sencilla. Sus constantes anotaciones, tanto con la selección albiceleste como con camisetas como la del Fiorentina de Italia le han dejado no sólo alegrías y postales inolvidables, también sufrió la pérdida del cartílago en los tobillos.
El mismo señala, con un buen humor envidiable, que camina como Robocop. Optimista como cuando salía al gramado en busca de inflar las redes, indica que está a la espera de una operación. Por ahora, hace su vida lo más normal posible, pero sólo podemos imaginar el dolor que muchas veces sentirá. Dicen que juega fulbito, es que tiene hijos pequeños y seguramente no quiere estar postrado para ellos, pero como muchos de sus colegas “futbolistas” prefieren otras opciones como el golf, donde sus piernas no hacen el mayor trabajo.
La verdad, es tiempo que se pongan mayores sanciones a las faltas desleales. Se debe de actuar de oficio, y ojo no únicamente con futbolistas conocidos o caros, sino con cualquiera. No interesa que por ejemplo el volante de un club grande como el Real Madrid o el Barcelona “vacune” a un jugador de Segunda División. La artera agresión debe ser castigada con toda severidad. Si no se le va a dar la razón a aquellos que sostienen que si no eres Lionel Messi o Cristiano Ronaldo te pueden agarrar de piñata, pues a nadie le interesa.
Con la corrupción al descubierto de la FIFA deben empezar a regir leyes democráticas, es decir para todos, en el fútbol mundial. Otro ejemplo, en Primera División de nuestro balompié se fijan más en los fouls, siempre priorizando a ciertos equipos auspiciadores del campeonato (donde tienen a un señor barbón que patea a todo lo que se mueve, pero nunca le han puesto una sanción ejemplar al volante de “Uruguay” para más señas). Pero en la Segunda División y la Copa Perú se ven literales masacres, y todavía tienen la gracia de apodarlo “fútbol macho”. Apología a la violencia.
Los sindicatos y agremiaciones de futbolistas deberían de sentar posición, pues no se trata sólo de preservar los derechos laborales de sus agremiados, sino también los físicos. No importa que sean también sus “protegidos” los culpables de patear a sus compañeros de profesión, todos, pero todos debemos hacer propia la consigna del juego limpio. Quieren patear algo, denle a la pelota.