Oscar 2018: ¿Por qué no dejar de ver The Post Los oscuros secretos del Pentágono?

 

Las posibilidades de llevarse el Oscar 2018 a casa son limitadas para The Post: Los Oscuros Secretos del Pentágono, a pesar de ser un filme del dos veces ganador de la estatuilla dorada Steven Spielberg, y contar con el protagonismo de dos multiganadores de ese premio cinematográfico: Meryl Streep y Tom Hanks. El primer problema es el rigor de la competencia, The Post está por detrás de Tres Anuncios por un Crimen y La Forma del Agua. Sin embargo, ver Los Oscuros Secretos del Pentágono sigue siendo de lo más recomendable.

Primero que nada por el tema, vivimos en una sociedad de “secretismo”, donde los gobiernos de diversos países toman decisiones corruptas que esconden a la ciudadanía bajo el membrete de “Secreto de Estado”. The Post: Los Oscuros Secretos del Pentágono narra la historia de cómo periódicos trascendentes para los Estados Unidos de los años 70 (como es el Washington Post-de donde sale el “diminutivo” The Post) se atrevieron a dar a conocer los verdaderos motivos y planificaciones, que venían de décadas atrás, por volver a poner a los EEUU en guerra.

A ver, para poder entender el significado del escándalo de los Papeles del Pentágono en la Norteamérica de Richard Nixon, tendríamos que ver a los conflictos bélicos como lo que realmente son para los gobiernos del mundo: un negocio. A los hombres que lucharán y sacrificarán sus vidas en guerras como las de Vietnam (o en intervenciones como las de Irak o Afganistán) les doran la píldora con historias de patriotismo, heroísmo, justicia internacional, lucha por la libertad y nacionalismo, pero no son más que fichas de un juego con multimillonarias ganancias. Hoy en día, hasta se ofrecen beneficios (como nacionalidad estadounidense, o simple y llanamente dinero, por engrosar las filas del ejército del Tío Sam).

Estados Unidos terminó la Segunda Guerra Mundial victorioso, y los documentos del Pentágono que The New York Times y The Washington Post publicaron demuestran que el Presidente Harry Truman (que reemplazó a Franklin Roosevelt al final de la Segunda Guerra) ya pensaba en como orquestar un nuevo conflicto que ayudara a sanear economías de los más poderosos del país. Con la fallida Guerra de Corea de por medio, los distintos gobiernos norteamericanos tuvieron en carpeta la necesidad de una intervención militar masiva, ya podía ser en Cuba o en otro país de tendencia socialista (pero era importante evitar el confrontamiento con la Unión Soviética y el temido desastre nuclear). Por ello fue tan oportuno el Viet Cong.

Con millones de pérdidas humanas de vietnamitas y más 58 mil vidas estadounidenses, el sentimiento de toda una generación que se enteró de las maquinaciones tras las guerras fue una de las fotografías más representativas de los 70. Jóvenes de pelo largo protestando contra una guerra movilizada por engaños que fueron expuestos por los medios de comunicación que enarbolaron la bandera de la verdad y la libertad de expresión en uno de los gobiernos más álgidos contra la prensa, el de Richard Nixon (hoy, Donald Trump también es enemigo declarado del periodismo y también se menciona recurrentemente la palabra “guerra”).

Toda esta larga explicación es necesaria para comprender la importancia y compromiso de Steven Spielberg al filmar The Post: Los Oscuros Secretos del Pentágono. No se trata sólo de revisar una excelente recreación de época (se sabe que años más o menos recientes son más desafiantes de ambientar que tiempos del siglo XIX por ejemplo. El avance de la tecnología y la moda son dos variables que la gente percibe en las películas). El valor principal de The Post es recordarnos que en tiempos cada vez más oscuros, hay que dar luz sobre la verdad. Los dueños y periodistas del Washington Post arriesgaron tanto sus vidas como sus libertades al exponer los Papeles del Pentágono. Pero, esa es la verdadera naturaleza del periodismo, que hoy muchas veces se subordina.

Quisiera referirme, finalmente, al rol de Meryl Streep como la periodista y editora del Washington Post: Katharine Graham. La importancia de esta mujer es no sólo por haber dirigido al periódico más importante de los Estados Unidos durante casi cuarenta años, sino haber roto el “techo de cristal” que su propio padre (Eugen Meyer) le impuso al nombrar como director del Post al esposo de Katharine, el abogado Philip Graham. Ella no sólo tuvo que superar el drama personal tras el suicidio de su marido, sino tomar las riendas de este monstruo editorial y convertirlo en un medio que no tembló al denunciar el “negocio detrás de Vietnam” (el meollo de The Post: Los Oscuros Secretos del Pentágono) y luego dar a conocer el escándalo de Watergate (que se tumbó el gobierno de Nixon, al mostrar como amañó votos- lo puedes ver en otro filme periodístico como la recordada Todos los Hombres del Presidente– 1976).

Mi recomendación para The Post: Los Oscuros Secretos del Pentágono es total, una película ágil, bien contada, de actualidad a pesar de tratar un tema de 1971 (pues reitero que esto sigue pasando en la actualidad), y claro de visión más que obligatoria para todo periodista y estudiante de periodismo. Si enseñará esta noble profesión, y no sólo la ejerciera (como es el caso), llevaría a mis alumnos a verla en grupo. El valor de no callar la verdad.

 

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