Los clubes peruanos y el calvario de Semana Santa

 

No es embrujo ni que estemos satanizados por cuanto la pelota no sabe de sortilegios para tratar de explicar sobre el hechizo que afecta a los clubes peruanos que no saben de redención para zafarse de los malos resultados en la Copa Libertadores.

El triunfo de Sporting Cristal por 2-0 sobre Universidad de Concepción arrancó una sonrisa al hincha pero 24 horas después Alianza Lima se zurra en lo que hizo el equipo celeste para caer 3-0 con River Plate.

Da la sensación de que la mayoría de clubes participantes en el certamen de la Conmebol se prepararan para ganar la copa, los nuestros para ir al cadalso tempranamente.
Desde hace tiempo el campeonato peruano en su trayecto se pone interesante cuando los equipos pugnan para deslizarse en el pelotón de vanguardia. El sueño es clasificar para la Copa Libertadores y los menos aprovechados conformarse con la Copa Sudamericana.

Luego de lograr el propósito copero se repite el mismo sonsonete. Muy escasos los triunfos, sufridos empates y dolorosas derrotas como común denominador de trazos inservibles en el recuento de las campañas en el que a todos se les escapa la tortuga.

Se ha dado el diagnóstico, se conoce de sobra los males de nuestro fútbol tan mediocre como debilucho. Los clubes no tienen más imaginación que conformarse con un presupuesto andrajoso para asumir el compromiso.

Con poco dinero en las arcas el asunto queda reducido a realizar contratos de jugadores son escaso cartel. No hay para más. De ahí que los equipos no ofrecen nada.
Los campeonatos son vasos descartables que se modifican cada año y no llegamos a un patrón ideal. Se cambia y no se respeta lo que se ideó. Y así, damos vuelta sobre lo mismo para acabar en lo mismo.

De ese modo no vemos algo cercano a lo que logró Universitario y luego Sporting Cristal cuando treparon lo más alto y tentaron la Copa Libertadores. Fueron subcampeones y fue algo glorioso pero resulta insuficiente.

No se puede vivir de tantos fracasos seguidos, El hincha se aturde y se frustra ante los fracasos. El público hace sentir su desconformidad ausentándose de los estadios.
Es muy triste ver las gradas vacías y no admiramos cómo los estadios europeos se juega los campeonatos son los estadios repletos. Es cierto que la calidad del espectáculo es atractivo con la presencia de los mejores astros del fútbol mundial.

Estamos a mucha distancia de lo que ofrece el fútbol en el viejo mundo pero tampoco no hacemos nada para poner un ladrillo en la edificación del nuevo propósito futbolístico.

La solidez para una muestra de que estamos vivos recae en la selección peruana y su expectante actuación en la próxima Copa América y posteriormente en el Eliminatorio para Qatar 2022.

Estamos en el inicio de la Semana Santa y no queda otra ocurrencia que recordar que los clubes peruanos pasan por su propio calvario, una pasión dolorosa en esta participación de la Copa Libertadores 2019. Para tomar en cuenta para que se mire de una forma distinta la participación en un torneo que no acertamos en el arco contrario.

 

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