Con ojos de ‘Tigre’

 

El camino, otra vez en busca de una clasificación mundialista, tiene definida la fecha de inicio con otra trepada de la mano con la historia en la repetición de un trayecto conocido.

Si la clasificación a Qatar 2022 es todavía un sueño lejano no lo es para el calendario de Ricardo Gareca que tiene la agenda apretada y no pierde tiempo  con la idea que es demasiado corto el periodo eliminatorio.

El ‘Tigre’ mide con regla de ingeniero cada paso dado, centímetro a centímetro, todo lo maneja con meticulosidad para no dejar rendijas sin tapar para evitar que los rivales husmeen su trabajo. Esta determinación le permite estar avisado de lo que los rivales preparan.

FIFA dio a conocer que Perú en el inicio de la eliminatoria enfrentará en octubre a Paraguay en Asunción. Un rival encabritado, en espera de una revancha que le ha costado tener pesadillas sin pausa. El 4-1 en el camino a Rusia 2018 no es poca cosa.

Fue uno de los mejores partidos de la bicolor. Un triunfo que necesitaba para pensar que era posible la clasificación. Se dio y engrosó ese sentimiento que era el fin de una espera de 36 años.

Ricardo Gareca no vive del pasado. Lo sucedido en Rusia 2018 es parte de un cometido encerrado en el recuerdo. Se abre la puerta para otra presencia mundialista y siente que el tiempo, aparte de todo, es un enemigo encubierto.

Por ello en el reinicio de la Liga 1 se ha hecho costumbre verlo con atención vigilante cada movimiento y trazos de los que puedan convencerlo para la cercana convocatoria.

Gareca tiene claro el paso del tiempo, incontenible y sin pausa, el tiempo en fin que necesita para hacer ajustes a su trabajo, plasmar la idea de una convocatoria con distintos matices por la pandemia que viene a ser otro enemigo encubierto pero más letal.

Entonces tiene Gareca razón de estar trabajando contra el tiempo. De tener claro que todo el proceso estará cargado de dificultades. Jugadores que juegan en el exterior y no será fácil traerlos por los traslados aéreos y las medidas sanitarias.

Gareca no quiere pifiar la pelota y se convence que el material humano se encuentra en casa, en la Liga 1, y por esa razón su presencia en los estadios sin laxitud porque para ello, tampoco dispone de tiempo.

Queda claro que a Gareca le cae encima un peso a su trabajo de seleccionador y encima el recodo de una desviación inesperada con la lesión de Paolo Guerrero.

Si en el parecer del hincha la lesión del capitán de la selección peruana es una desgarradora realidad, en la interna del ‘Tigre’ no se le escurre la idea de tener a mano la solución temprana.

El reemplazo del hijo de doña Peta no alcanzará su nivel de producción como el ‘9’ insustituible, pero habrá un buen sustituto. Gareca seguramente tiene pensado en un ‘9’’ de emergencia. Total, Perú siempre se las arregló. Ahora más que nunca porque vamos a un mundial cuyo trayecto lo tenemos identificado.

 

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