La noche del pasado lunes primero de junio me enfrasqué en el programa No culpes a la noche, pues los invitados de Milagros Leiva, ambos representantes y defensores del oficialismo de Ollanta Humala, el congresista Daniel Abugattás y el exasesor presidencial y actual abogado de Nadine Heredia, Eduardo Roy Gates, levantaron mi pobre interés en la política.
Cuando oigo las opiniones de personajes ligados al actual gobierno lo hago con bastante paciencia, pues siempre defenderán los tropiezos de Ollanta Humala y de su cada vez más cuestionada esposa (la misma que recomendaba “caminar derecho” mientras tenía de amiguito a Belaunde Lossio y de recomendado al Fiscal Ramos Heredia). Además, y como lo han hecho una costumbre, atacarán descarnadamente a sus rivales.
Una actitud que han tenido durante estos cinco años, donde sólo vi esfuerzos reales en las megacomisiones contra Alan García y otros políticos de la oposición. Lo demás han sido chapuceadas, campañas impresentables (como las alimenticias donde les daban comida podrida a niños de escasos recursos), pasividad ante una delincuencia que ya no es una ola sino un statu quo, una realidad que nos asola día a día. Es tan malo el gobierno, que las palabras de Abugattás me parecen oírlas perennemente, no se gobierna: se acusa a los demás. No se avanza: se busca infructuosamente maquillar errores. La verdad, el peor gobierno post Fujimori.
Es en ese clima, que Daniel Abugattás vuelve a condenar las “revisiones a las cuentas de Nadine Heredia”. Alguna vez, le pusieron a la Sra. Heredia un fiscal que levantó su secreto bancario hace años y en cómodo y cómplice silencio lo pasó por agua tibia. Si la actual primera dama tenía un primo hoy procesado como Carlos Ramos Heredia en el sillón del Fiscal de la Nación, es fácil imaginar que más de uno podría haber abierto sus cuentas sólo para “dejar sentado que lo hicieron” y ni revisar la información contenida.
Hoy, se vuelven a revisar, en la misma tónica que el gobierno de turno y específicamente el señor Abugattás examina detalladamente cada palabra de los de García Pérez y otros más. ¿Cree el congresista que él es el único que puede jugar al “Inspector Ardilla”? Algo así debe pensar, porque ante las sospechas levantadas por los millonarios gastos de Nadine Heredia en las mejores marcas de Europa, él le dijo a Milagros Leiva que “igualito se le pueden abrir las cuentas a América Televisión”.
Desde esta tribuna, no defiendo al medio de comunicación que hace gala de un poder monopólico en el Perú, pero repudió la amenaza oficialista. Según Abugattás dicha acción estaría encuadrada en la investigación que desde hace años le sigue a Manuel Burga, uno de los personajes más odiados por el colectivo peruano y la perfecta “cortina de humo” del renegón “Padre de la Patria”.
Siempre me he preguntado si Daniel Abugattás no encuentra objetivos políticos más importantes que perseguir al expresidente de la Federación Peruana de Fútbol. Es un hombre inteligente que pasará a la historia política del Perú por acosar a Burga (hasta el momento sin resultados positivos), degradar al hemiciclo con sus peleas con Mauricio Mulder (dignas de un callejón y no del ojo público) o defender a Ollanta Humala. Vaya legado.
La acusación del FBI a los jefazos de la FIFA nos enseñó lo que es verdadero poder, ese que soñamos y siempre miramos de lejos, el mismo que detonó con acusaciones con nombres y apellidos (y no estaba el de Burga, por más que el señor Abugattás gaste saliva diciendo que sí), el mismo tono superior que obligo a Joseph Blatter a renunciar y que a nadie de FIFA se le cruzará la peregrina idea de desafiliar a los Estados Unidos del fútbol mundial. Qué envidia, semejante poder.
Lo cierto es que Daniel Abugattás busca desesperadamente llamar la atención sobre estos asuntos, como si él pudiera hacer una mejor investigación que el FBI, para que dejen en paz a Nadine Heredia. No somos idiotas, y personalmente afirmo que Manuel Burga y su gestión en la FPF decepcionaron más de una vez a los peruanos, pero ese no es delito. Si se penará con cárcel la decepción, todo el grupo oficialista haría cola para ingresar a Castro Castro o Piedras Gordas, y los acompañarían varios de sus pares de oposición.
Basta de “cortinas de humo” al gobierno de Ollanta Humala ya nadie le tiene fe, sólo contamos los días para el 28 de julio del 2016, sigue pareciendo tan largo el plazo. Las amenazas a la libertad de expresión guárdeselas en el bolsillo, señor Abugattás. No es culpa de los medios de comunicación que usted haya elegido defender causas tan extraviadas, reconozco su lealtad al no abandonar el barco, pero eso no evita que dicha embarcación haya naufragado hace rato. (Foto: Radio Nacional)