El Barcelona de Luis Enrique y su triple corona

 

No cabe duda que este Barcelona, con su estrella excluyente Lionel Messi y sus socios perfectos Neymar y Luis Suárez, es el mejor del mundo. Un cuadro catalán que se resiste a ser desfasado, que en un par de temporadas demostró que podía reinventarse luego del exitoso paso de Josep Guardiola, hoy tiene a otro exjugador culé en el banco: Luis Enrique.

Y volvió a romper los récords, primera temporada de Luis Enrique y al igual que Guardiola en el 2009 ganó la triple corona (la Liga BBVA, la Copa del Rey y la Champions League), como titulaba esa película de Jack Nicholson: Mejor… Imposible. Y conste que no se puede acusar al actual técnico del Barza de mantener el piloto automático del Pep, como se decía del fallecido Villanova o de Gerardo Martino. No, Luis Enrique le imprimió un nuevo estilo, supo contratar jugadores para puestos claves, capear el temporal con Messi y devolverlo a la senda del triunfo, se impuso en el vestuario catalán cargado de estrellas y encaminó al Barcelona a recobrar la gloria máxima.

No es el Barza de Guardiola, al que los rivales como el Real Madrid ya le habían leído la fórmula, es un nuevo esquema que repite varios nombres, pero, a su vez, ha sabido instalar a otros protagonistas. No es necesario retroceder demasiado en el tiempo para recordar que el inicio de temporada de Luis Enrique no fue sencillo, habían voces que reclamaban su salida, decían que Lionel Messi y el DT no podían convivir en un mismo equipo, que las contrataciones fueron malas, que se habían equivocado al darle la confianza al ex entrenador de la Roma. Resulta curioso que el propio Pep fuera uno de los pocos que respaldará a Luis Enrique, y hoy el tiempo le da la razón.

Luis Enrique apagó las dudas en el arco, sembradas tras la auto exclusión de Víctor Valdés, donde todos veían un problema el técnico vislumbró una oportunidad. La chance de contratar a dos arqueros para un mismo puesto: hoy cualquiera quisiera tener en su pórtico al chileno Claudio Bravo o al otrora muy discutido, y en estos momentos flamante campeón de la Champions League, Marc-André ter Stegen. El desgaste del tiempo hacía previsible la salida de Xavi Hernández (el ídolo que hoy jugó su último partido con el Barcelona), pero el ojo de Luis Enrique ya se había posado en el croata Ivan Rakitic, al capitán se le va a extrañar, pero su puesto en la cancha ya tiene dueño.

Hasta el año pasado seguía la discusión sobre el pase de Neymar, los incrédulos se escudaban en las palabras de un hombre del fútbol de ayer (hace rato perdió vigencia y visión futbolística) el holandés Johan Cruyff quien con tono soberbio decretó la imposibilidad de juntar a Messi con el brasileño. Ahora basta verlos jugar juntos para pensar que se conocen de toda la vida, más aún sí se tiene de centro delantero al esforzado y letal Luis Suárez. Un trío que consolidó la triple corona, tres latinoamericanos (a mi juicio esto es lo que enerva a un europeo recalcitrante como Cruyff), la magia del Barcelona pasa por estos genios que definitivamente ya salieron de sus lámparas para hechizar a cualquier defensa.

Y, eso que el Barcelona no la tuvo sencilla contra la Juventus, los turinenses quisieron aplicar el mismo plan que les permitió superar al Real Madrid. No desesperarse con el gol tempranero de Rakitic y seguir porfiando guardando el equilibrio defensivo y buscando el error del rival para llegar al empate, en este caso transitorio de Álvaro Morata. Pero, el Barza les respondió con la “misma moneda”, en el mejor momento de la Juve llegó el gol de Suárez. Si Marchisio hizo estragos en la defensa culé y disparó contra Ter Stegen, obligando al rebote y la definición de Morata. Fue Messi quien enredó a la zaga italiana fusilando a un cumplidor Gianluigi Buffon que también la dejó a merced del “Pistolero” uruguayo. Una por otra, justicia poética.

El gol de Neymar fue sólo para poner en términos reales lo que fue una superioridad merecida por el Barcelona ante un rival que vendió cara su derrota. Triple corona y una nueva valla para Luis Enrique, Guardiola siguió cosechando triunfos tras su gran primer año con el Barza, pero nunca lo superó, tendrá el vigente DT blaugrana la capacidad para repetir la triple corona y firmar un nuevo hito con esta camiseta. Para Messi y compañía, con la guía de Luis Enrique no me atrevo a decir la palabra “imposible”, y dudo que ni el más acérrimo hincha del Real Madrid piense que esa meta es insuperable. Vamos Barcelona, sigue haciendo historia viva del fútbol.

 

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