Uno pensaba que el acostumbrado mutismo de Manuel Burga respondía al odio que les tenía a los periodistas que exponían sus terribles fracasos con nuestra selección peruana y el “entornillamiento” que pretendía seguir perennizando en el sillón presidencial de la Federación Peruana de Fútbol. Pero empiezo a sospechar que el cargo viene acompañado de un manual de “cómo guardar silencio y no meterse en complicaciones” o un título más simple “en boca cerrada, no entran moscas”.
Pues Edwin Oviedo se ha vuelto un experto en no decir ni pío, pasar desapercibido, ser el nuevo “hombre invisible”, está ahí, pero a la vez no se le siente. Los que sí pugnan por hacer notar su presencia son Alberto Tejada (al que se le impidió la candidatura por no cumplir con el reglamento, y es un gerente o “asesor en la sombra”), Agustín Lozano (dicen los rumores que es el verdadero mandamás) y Juan Carlos Oblitas en su calidad de gerente deportivo. Pero la cosa es aún más enredada, en la Federación Peruana de Fútbol se escucha casi con pleitesía los consejos provenientes de Sporting Cristal. Con el muy respetable Alfonso Grados como uno de sus más grandes representantes. No sería tan extraño que un club que tiene un manejo gerencial ejemplar diera un asesoramiento, hasta se podría destacar a Oviedo como un presidente de la FPF de ancha base que escucha las voces foráneas.
Lo extraño es que Sporting Cristal es el único susurrador al oído de Edwin Oviedo, no se invita a otros clubes del fútbol peruano como la Universidad San Martín, la Universidad César Vallejo, Real Garcilaso o el propio Juan Aurich (la casa de Oviedo) para que den sus aportes. Sólo se oye a los rimenses, y para colmo de rarezas fue el propio Don Edwin que superó en las elecciones al presidente del Sporting Cristal, Federico Cúneo. Para qué se puso en competencia el ex dirigente chiclayano si al final se iba a dejar gobernar por sus competidores, escapa de toda lógica. Pero si recordamos el vaivén de los días electorales de la FPF podremos ir descifrando este misterio, que podríamos llamar “el enigmático caso del dirigente que se tragó la lengua”.
Después que Manuel Burga fuera tachado como candidato a la FPF, se convocó nuevas elecciones. Lozano se veía claro ganador hasta que se oficializó a Federico Cúneo como su rival, el presidente “celeste” tenía mucho más recorrido, una conducta intachable, éxitos como dirigente y el respaldo de una institución del peso de Sporting Cristal. Para colmo tenía comprometido a Edwin Oviedo para su “plancha electoral”. Pero entre gallos y medianoche Lozano convenció a Oviedo y fue su carta ganadora al presentarlo como candidato a la presidencia. La ética no figuró en el diccionario del exmandamás del Juan Aurich, de tener todo oleado y sacramentado con Cúneo, el ansía de ser el rostro dirigencial del fútbol peruano pudo más.
Pero eso es Edwin Oviedo, un rostro, bien callado. Su posición hasta da ternura, parece no terminar de entender que mientras Tejada, Lozano, Oblitas y la gente de Sporting Cristal toma decisiones a diestra y siniestra (más de una sin aparente coordinación entre ellos), al final cuando todo caiga en lo que parece un inevitable fracaso ellos mismos van a voltear y señalarlo a él. A él se le eligió presidente, es responsable de la Federación Peruana de Fútbol, de ser un “fiasco” Ricardo Gareca no puede alegar que Juan Carlos Oblitas lo trajo, que él buscaba un técnico A1, que prefería a Reinaldo Rueda, ni otro cuento semejante.
También es oportuno recodarles a Sporting Cristal que sus consejos ya sean a Nicolás Delfino o a Manuel Burga nunca, pero nunca funcionaron. Si no que Francisco Lombardi hable de triunfos, Burga le dio campo y anchura y fracasó. Quizás no haya habido en los últimos tiempos un presidente de la FPF de Cristal, pero han estado metidos en las comisiones de fútbol y no cosecharon éxitos. Más bien fueron parte del fracaso. Que en tienda “celeste” no confundan la ayuda a un presidente “silencioso” por el ansia de gobernar. A título personal, yo quería que ganará Cúneo pero no fue así, igual los bajopontinos se “pasean por su casa” en la Videna. Mientras Oviedo viaja a las reuniones de la FIFA, se toma fotografías con excracks internacionales… en fin parece que Manuel Burga dejó cierta escuela.