La identidad del fútbol peruano

 

No lo vemos nosotros pero fuera de nuestras fronteras el fútbol peruano es apreciado con frases de admiración, de reverencia casi planetaria, y juzgado con soplos de encantadora música a nuestros oídos.

Podrá el equipo peruano ser goleado y persiste el encanto. Nada cambia. Nosotros en nuestro criollo entender decimos al respecto: “qué bonito juega Perú pero pierde 5-0”.

El fútbol peruano transita por un rechazo histórico a sus convicciones, dice César Luis Menotti y agrega: “Ricardo Gareca tiene el desafío de recuperar la genética del jugador peruano que en algún lugar tiene que estar”.

Por último señala que Gareca tendrá que convencer a los jugadores peruanos que sí tienen talento para encarar grandes encuentros”.

En estas palabras están resumidas parte de lo que nos pasa. Tenemos talento pero no somos conscientes de que podemos embarcarnos en grandes empresas. Y en lo que se refiere a la genética del jugador peruano creemos que se refiere a la identidad de nuestros futbolistas.

Esa forma de jugar de sabrosura y enjundia que aparece como la lluvia limeña que no se define, nos tiene entre la alegría y el desencanto. Ha faltado ponerle más condimento para saborear los títulos esquivos.

De otro modo no estaríamos en el pozo profundo de los apartados incurables De los fracasos en cadena que se repiten ya tantas veces que da vergüenza recordar que en España 82 se acabó el mundo.

César Luis Menotti en su condición de campeón mundial sabe y valora nuestro fútbol pero está como el resto con el estómago insatisfecho de un tránsito que no lleva a ningún lado.

El extravío ocurre desde el momento en que la ola moderna de las reformas tácticas del “fútbol total” taladra la mente de los entrenadores que se dejan llevar por los resultados y apartan la creatividad y el talento tan propio de nuestros futbolistas.

Ha sido una tarea mal hecha recuperar esa esencia del futbolista peruano. Ni Maturana, Autori, Pepe, Popovic y todos los que estuvieron al mando de la selección, tuvieron el tino de encontrar la genética futbolista de la que habla Menotti.

Con Ricardo Gareca guardamos algunas reservas sobre su trabajo pero en pequeñas capsulas ha dejado traslucir en su planteamiento que el toque y las paredes es finalmente la llave adecuada para abrir las puertas del gol.

También se ha apreciado que en su particular entender de las cosas que la posesión de la pelota es importante para convertirse en la mejor defensa. Claro está si tienes el balón menos probabilidades cuenta el adversario de hacer un gol.

Gareca tiene lo mejor de nuestro fútbol. No hay más jugadores de competencia. Si logra que el futbol nuestro recupere su sabrosura de antaño, será un buen comienzo para pensar que es el momento de ponerle cara de palo a los fracasos.

 

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