Hora loca en Miami
La primera vez que abordé un avión en condición de pasajero, me tocó en suerte, un viejo cuatrimotor “Electra” de pronóstico reservado, en el cual, casi dejo mi alborotado corazón de entonces, cuando dicha víscera amenazó saltarme por la boca, apenas la aeromoza empezó a explicar las conductas recomendables en caso de siniestro, sin que...