Pero, ¿qué supone realmente ser un periodista creador? ¿Y cuáles son las tendencias identificables en este nuevo entorno mediático?
Para saber más sobre el tema recurrí a Liz Kelly Nelson, fundadora de Project C, una iniciativa enfocada en el periodismo de creadores. Antes ocupó puestos destacados en diversos medios, como The Washington Post y USA Today.
La verdad es que se ha convertido en una expresión muy flexible. Dependiendo de a quién le preguntes, tendrás respuestas muy diferentes. Sin embargo, yo haría una distinción. «Creador de contenidos» es un término que engloba a casi todo el mundo que crea contenidos que se distribuyen principalmente en redes sociales (incluyo YouTube), es decir, gente que crea videos virales en TikTok, influencers de belleza en Instagram, streamers de Twitch. Es un universo enorme que no está tan unido por el tipo de contenido como por la audiencia y los modelos de negocio. Por algo se llama «economía de creadores».
A efectos de nuestra charla, vamos a centrarnos en la gente con la que trabajo y a la que impulso: «periodistas con modelo de creador». Se trata de periodistas formados, u otras personas que producen contenido con características periodísticas, de forma independiente y no para un medio de comunicación. Producen periodismo, pero navegan por la economía de los creadores para distribuir, monetizar y hacer crecer la audiencia.
Pero una advertencia: No todo el contenido de noticias en plataformas como TikTok, YouTube, Instagram, Facebook o en boletines informativos procede de periodistas con modelo de creador. Una enorme cantidad de lo que llamamos «noticias» procede de personas que se definen mejor como «influencers de noticias», algo así como la «sección de opinión» de internet. Esto es algo que el Pew Research Center demostró en un estudio reciente y una distinción a la que intenté llegar cuando creé el Mapa del Ecosistema de Noticias.
¿Quiénes están haciendo un trabajo interesante en este ámbito?
Hay muchísimos periodistas con modelo de creador que están haciendo un trabajo vital. Me gustaría mencionar a gente como Bisan Owda, que comparte videos en Instagram desde Gaza; Marisa Kabas, que está consiguiendo grandes primicias sobre el desmantelamiento del Gobierno federal por parte de la administración Trump; Matt Brown, que ha acaparado el mercado del negocio de los deportes universitarios en Estados Unidos, y Bryan Vance, que acaba de lanzar su boletín de noticias sobre economía alimentaria en Portland, Oregón.

¿Cuáles son los desafíos más comunes de ser un periodista con modelo de creador?
Para los periodistas, los retos son similares a los que enfrentan la mayoría de los creadores. Pasar de ser reportero o productor a convertirte en un emprendedor independiente implica una importante curva de aprendizaje. Quienes sueñan con lanzar su propio proyecto suelen ilusionarse con que podrán dedicarse solo a lo que les apasiona (el oficio), organizar sus propios horarios y no tener jefe, y que todo eso será maravilloso. Y lo es, pero también hay mucho más.
Crear una LLC (Sociedad de Responsabilidad Limitada) o una S-Corp, elaborar un presupuesto, planificar los impuestos estimados… Es entonces cuando se dan cuenta de que no solo son creadores de contenido, sino también el equipo de redes sociales, ventas, apoyo administrativo. En resumen, lo son todo.
En Going Solo, el taller de seis semanas que dirijo junto a otros cinco instructores, enseñamos a periodistas todo lo necesario para dejar atrás un trabajo formal y lanzar sus propias plataformas directas al público. Nuestro plan de estudios busca abordar los principales desafíos: resistencia financiera y emocional, burnout, planificación editorial, búsqueda de ingresos, crecimiento de la audiencia y, sobre todo, cómo mantener los principios del periodismo ético.
¿Cuáles son las tendencias actuales que has identificado en el periodismo de creadores?
Cada vez son más los periodistas que optan por la independencia. Substack ha construido un negocio exitoso gracias a su creciente reputación como plataforma de aterrizaje para muchos periodistas que abandonan las redacciones tradicionales. La semana pasada pasé por Union Station, en Washington, y vi una valla publicitaria de Substack en la que se leía, en letras enormes: “Los medios no están muertos. Están en Substack”. Y, guste o no, tienen razón. Por supuesto, los medios también están en YouTube, TikTok, Instagram, Twitch, beehiiv, Ghost y muchas otras plataformas.
Este es un sector de la industria de los medios que muestra un crecimiento y una promesa incuestionables. Las audiencias —especialmente la generación Z y la generación Alpha— se informan a través de estas plataformas y de personas a las que consideran más confiables que las marcas de noticias tradicionales. Todas las tendencias apuntan en la misma dirección: disminuye la confianza en las instituciones y aumenta la confianza en personas reales.
Es un espacio muy nuevo y de momento es el salvaje oeste. Todo va a seguir cambiando a medida que los modelos de negocio compitan por el dominio y los consumidores «voten con sus billeteras» por lo que consideran más valioso.
Por otro lado, vemos que los medios tradicionales se dan cuenta de que están perdiendo ingresos por suscriptores en favor de los redactores de newsletters, por ejemplo, y empiezan a preguntarse por qué. No es una mala pregunta. Recibo muchas consultas de redacciones tradicionales que quieren consejos sobre cómo tomar prestadas tácticas del espacio de los creadores. Vale la pena explorarlo, aunque yo preferiría que las redacciones tradicionales se asociaran con los creadores en lugar de intentar imitarlos.
¿Cuál es el público de Project C?
Tengo dos públicos principales: los creadores periodísticos que ya han lanzado sus proyectos independientes o quieren hacerlo, y la propia industria periodística.
Para los creadores, Project C es un recurso que los ayuda a no tener que reinventar la rueda cuando inician sus propios viajes. Hemos aprendido sobre cómo se están haciendo todas las cosas y nuestro newsletter comparte esas mejores prácticas.
Con el segundo grupo de lectores, mi esperanza es que Project C pueda ayudar a normalizar esta parte de la evolución del futuro del periodismo para que podamos ver más apertura, colaboración y financiación fluyendo en el espacio de los creadores independientes.
Sin embargo, en el último año, Project C ha crecido más allá del newsletter. Ya mencioné el taller Going Solo. También tenemos una comunidad en Slack de más de 60 periodistas independientes que ahora se conectan a diario para apoyarse mutuamente, compartir consejos y, en general, conectarse y colaborar.
¿Cuál es el lugar del newsletter de Project C en el ecosistema de newsletters? ¿Quiénes son tus principales competidores?
El newsletter de Project C es un poco diferente de los boletines de los creadores con los que trabajo. Para mí, el boletín es un espacio arriba del embudo. Es gratuito para todos porque no quiero excluir a nadie de la información que pueda ayudarle a lanzar un proyecto en solitario. Se ha convertido en una lectura obligada para muchos periodistas que recorren este camino, así como para numerosos lectores del periodismo tradicional, del mundo académico e incluso de fundaciones filantrópicas.
No considero competidores a quienes trabajan en este ámbito. El mundo del periodismo de creadores tiene una cultura muy colaborativa, lo que me viene muy bien. Soy una conectora. Me encanta conocer a personas que comparten mi misma pasión y ponerlas en contacto. Todas las personas con las que trabajo y colaboro habitualmente también buscan ampliar los límites del periodismo de creadores para hacerlo más viable y real. Gente como Lex Roman, que escribe un boletín llamado Journalists Pay Themselves y dirige la comunidad Slack conmigo; Sam Ragland, del American Press Institute, que ha hecho un trabajo increíble en el último año ayudando a redacciones a asociarse con ifluencers locales; o Francis Zierer, que escribe Creator Spotlight para beehiiv y hace entrevistas sumamente importantes.
Te puedes suscribir al newsletter de Project C aquí.
Imagen cortesía de Emily Piraino Photography.