Ricardo Gareca no es el único culpable

 

Ricardo Gareca tiene culpa en la derrota ante Chile pero el desastre del fútbol peruano arrastra males del pasado desde que fue abandonado a su suerte debido a una dirigencia incapaz para dejarla a manos de la informalidad.

Con Maturana, Autori, Chemo, Markarián y ahora Gareca ganó horcadas de ilusión perdió la identidad y el apellido. De hecho que nuestra selección no da la talla para pelear grandes cosas.

De modo que no se entiende que tanto celebra Chile si le ganó a una selección famélica y necesitada de muchas cosas que tiene que ver con la organización, fortaleza económica de los clubes, trabajo con menores e infraestructura.

Tal vez en algunos años cuando se haga las correcciones podamos torcer la historia y entonces Chile que ahora festeja baje la cabeza. Los males no duran siempre y tampoco hay cuerpo que lo aguante.

De hecho tenemos consigo el recurso humano de nuestro lado. Ese fútbol que en los manuales no aparece pero con riqueza técnica no es suficiente. El fútbol peruano recoge elogios por su juego vistoso, de buen toque pero de nada vale jugar bonito cuando se pierden los partidos.

Con dos derrotas en el inicio de la Eliminatoria al Mundial de Rusia 2018 llegan las primeras sombras. Las sospechas de un comienzo que puede acabar mal. De un discurso repetido que nos dice que la eliminatoria recién comienza y que no hay que bajar los brazos.

Como no entrar en pánico si en la tabla de posiciones no hemos sumado en dos presentaciones pese a que los más optimistas aseguren que no hay que tomarla a la tremenda si estamos a tres puntos de Brasil. El Scratch está quinto, el puesto que desde que iniciamos la participación en la clasificatoria apuntamos.

No se trata de que Argentina apenas tenga un punto y que en el trayecto los números pueden ser alterados. Se trata de que el equipo agarre forma y se comporte bien para ser solvente y no lamentemos que Chile en nuestra casa se dé el gusto de ganarnos.

El pasado de nuestro fútbol se sostiene sobre bases endebles y se siente en el poderío resquebrajado pero es lo que tenemos y habrá de dar batalla aun cuando no tengamos los mejores augurios.

Con lo que tenemos ir al frente y paralelamente trabajar desde ahora pensando en Qatar 2022. Con Daniel Ahmed ya se está trabajando a largo plazo y es lo más certero que se haya hecho para que Chile no venga y nos gane. Se voltee la torta porque nada es duradero.

 

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