La selección peruana ingresa a una semana en la que los jugadores volverán a agruparse para los partidos por la Eliminatoria Rusia 2018 frente a Paraguay y Brasil por las fechas 3 y 4 del clasificatorio mundialista,
Con dos derrotas a cuesta el ánimo del hincha se viste con ropaje de optimismo en la creencia de que contra Paraguay llegará el primer triunfo y de repente un ‘robo’ milagroso de un empate a Brasil servirá para enmendar la plana.
Lo que se espera es cerrar el año bien, con una renta equilibrada para afrontar los partidos del año próximo con una renovada fe y seguir creyendo que llegar a Rusia 2018 dejará de ser una meta inalcanzable.
Lo cierto es que una cosa es creer y otra disfrutar de los placeres de los puntos ganados. Es dificultoso, una trepada de un inclinado camino que se vuelve espinoso. En medio de dudas y certezas todavía no podemos decir de qué color viene el futuro.
El técnico Ricardo Gareca tendrá que exigirse para cometer menos errores en una competencia en que los errores se pagan. Y ya lo apreciamos en el partido pasado contra Chile en que en un momento dado estábamos con nueve jugadores en cancha por la demora del ingreso de Yordy Reyna.
Cero equivocación
Corresponde a Gareca no equivocarse, como tampoco deben errar los futbolistas como es el caso de Christian Cueva que fue expulsado por una infantil reacción de arrojar la pelota al cuerpo del rival. El árbitro tomó la acción como una agresión. Sin Cueva en la cancha se estropearon los planes y fuimos presa de los chilenos.
Gareca asimismo debe revisar los movimientos de la defensa, desordenada y poco atenta a situaciones en la que la artillería adversaria busca y encuentra brechas para someter a Pedro Gallese.
La disciplina no es menos importante. Las luces y las lentejuelas de la frivolidad se mezclan y alteran el orden y la tranquilidad. Y en ese sentido Jefferson Farfán es el que se sale del cuadro y es entonces cuando le damos la razón a Tongo que ha preferido no crear una composición a la selección. Sería el acabose.
Si Tongo no ha cruzado las fronteras de la selección, la ‘Foquita’ tampoco debe salirse de las fronteras de lo que no se le debe permitir.
Lo más que podamos esperar es que en esta semana hablemos de fútbol y no de frivolidades extremas. Farfán puede atender sus preferencias sentimentales pero su accionar no debe ser comidilla de una banda de sabuesos que se meten en las sábanas de sus víctimas.
Si apartamos las absurdas frutillas de los escándalos, las salidas prohibidas y las amanecidas innecesarias, la selección debe estar muy enfocada en lo que se viene. Paraguay no será la misma que actuó en la Copa América de Chile, nosotros también debemos ser distintos. Con mejores armas para ganarles. Es lo justo.