RANGÚN.- Birmania, que tiene previsto celebrar elecciones el 8 de noviembre, ha confinado desde este lunes y hasta el 1 de octubre a alrededor de 5 millones de habitantes de Rangún, la antigua capital y principal enclave comercial del país, ante el creciente número de casos de COVID-19.
La ciudad más poblada de Birmania ya contaba con un confinamiento parcial de algunos barrios desde principios de mes, pero ante el avance del número de positivos tras semanas sin registrar casos las autoridades han decidido ampliarlo a todo su territorio.
Los habitantes no podrán viajar a otras provincias, mientras se han suspendido todos los vuelos nacionales con partida y destino desde Rangún.
Desde este lunes y por 10 días, el Gobierno ha pedido a toda la población de la ciudad que trabaje desde casa, mientras los colegios de primaria permanecen cerrados de manera indefinida y los institutos suspendieron las clases a finales de agosto, un mes después de su reapertura.
Se mantendrá, no obstante, el funcionamiento de algunas actividades esenciales como los bancos, gasolineras, farmacias o supermercados.
Llevar mascarillas en lugares públicos es obligatorio y solo una persona por casa podrá salir a hacer la compra, mientras que en caso de visita al médico el enfermo podrá ir acompañado de otra persona, conforme a la orden publicada el domingo por el Ministerio de Salud.
Desde mediados de abril hasta junio se aplicaron una serie de medidas más relajadas que el actual confinamiento y un toque de queda nocturno en 45 barrios de Rangún.
Birmania confirmó el domingo 671 casos, su máximo diario, sin especificar dónde se localizan los positivos, que desde el inicio de la pandemia alcanzan los 5.541 enfermos, incluidos 92 fallecidos, entre sus 53 millones de habitantes.
EFE