ROMA (Italia).- El Papa Francisco ha reclamado que la comunidad internacional dé “prioridad” al cambio climático al tiempo que ha denunciado la política de bloques de países “que promueven sus propios intereses de forma aislada o insostenible”. “El cambio de modelo es urgente”, ha reclamado.
“Como tras la Segunda Guerra Mundial, hoy es necesario que toda la comunidad internacional dé prioridad a la puesta en marcha de acciones colegiadas, solidarias y orientadas hacia el futuro”, ha señalado, al tiempo que ha reconocido “la grandeza, la urgencia y la belleza del desafío” existente, como ha indicado en una audiencia en el Vaticano con los promotores del Festival Verde y Azul con motivo de la Jornada Mundial del Medio Ambiente.
El 5 de junio de 1972 fue inaugurada en Estocolmo la primera gran Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Ambiente, por lo que este día se convirtió en el Día Mundial del Medio Ambiente.
“Como indican muchos en el mundo científico, el cambio de este modelo es urgente e inaplazable”, ha añadido en este sentido y ha insistido en que el cambio climático “afecta en particular a los más pobres y frágiles”, que también son los que “menos han menos han contribuido a su desarrollo”.
Para el Pontífice, el cambio climático es “una cuestión de justicia y después de solidaridad”. “Nos recuerda también que debemos basar nuestra acción en una cooperación responsable por parte de todos: nuestro mundo es ahora demasiado interdependiente y no puede permitirse estar dividido en bloques de países que promueven sus propios intereses de forma aislada o insostenible”, ha agregado.
Del mismo modo, ha señalado que las heridas causadas a la humanidad por la pandemia del Covid-19 y el fenómeno del cambio climático son comparables “a las resultantes de un conflicto mundial” donde “el verdadero enemigo es un comportamiento irresponsable que repercute en todos los componentes de nuestra humanidad de hoy y del mañana”.
El Papa ha subrayado que para afrontar las consecuencias del cambio climático es necesaria “una dinámica cohesionada y proactiva”. “Es un reto grande y exigente, porque requiere un cambio de rumbo, un cambio decisivo cambio del modelo actual de consumo y producción, demasiado a menudo impregnado de la cultura de la indiferencia y el despilfarro, despilfarro del medio ambiente y despilfarro de las personas”, ha argumentado.
De esta manera, ha exhortado a pasar de una “cultura del despilfarro a estilos de vida marcados por una cultura del respeto y del cuidado”.
Fuente Europa Press / foto Prela