PANAMÁ.- Las ciudades de Iberoamérica que enfrentan los discursos de odio contra colectivos vulnerables deben trabajar en espacios seguros y de diálogo para poder combatirlos y tomar en cuenta los medios tecnológicos donde se expresan, dijo a Efe Beatriz Barreiro, doctora en Derechos Humanos.
La profesora en Derecho Internacional en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, quien participó de un foro este martes en la ciudad de Panamá, expresó que tanto en Europa como en América Latina “hay una creciente xenofobia” a grupos más débiles, por lo que deben ser abordados desde el punto de vista del derecho cultural.
A esto, explicó que los derechos humanos anteponen una línea que divide el discurso de odio y las consecuencias que pueden tener con respecto a una potencial violencia directa.
Sin embargo, ve con preocupación cómo estos se pueden atacar si se manifiestan a través de las nuevas tecnologías, por lo que consideró que debe haber más control, sin afectar la libertad de expresión de lo que se vierte en los medios de información.
Citó el ejemplo del genocidio de los rohinyás, una minoría musulmana en Birmania, un caso en el que a través de Facebook se inició un discurso de odio, y que la ONU ahora busca determinar el tipo de responsabilidades que tiene esta red social.
En un informe presentado en septiembre del año pasado, la ONU calificó la operación militar en la región de Rakhine, en el oeste de Birmania, contra los rohinyás de “genocidio intencionado”, además de hallar indicios de crímenes de guerra y de lesa humanidad.
“Es difícil, porque a priori defendemos la libertad de expresión, y no sabemos los resultados que vamos a tener”, mencionó.
La experta resumió que para detectar un discurso dañino este debe tener una consecuencia directa de violencia, ser dirigido a un colectivo vulnerable como los LGTBI o mujeres; y ver quién lo dice y qué tipo de poder tiene.
“Vemos la problemática en todo el mundo, desde la tribuna pública lanzar este discurso va en contra de los derechos culturales y es una violación de estos y se podría recurrir jurídicamente”, opinó.
Barreiro señaló que hay que dar visibilidad a los instrumentos legales que se tienen y a los derechos, y además de apuntarlos a las tecnologías, una tarea un tanto más difícil.
La especialista que asiste al Foro Iberoamericano de Diplomacia Cultural de las Ciudades y Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, que se efectuará hasta el viernes 31 de mayo, abordó otros enfoques como la vida cultural al alcance financiero de todos y el vínculo entre la relación cultural y la biodiversidad.
A la actividad acuden representantes de al menos 15 ciudades iberoamericanas que darán a conocer sus experiencias con relación a la cooperación para el desarrollo y la diplomacia cultural.
El encuentro es organizado por la Cancillería de Panamá en conjunto con el Municipio de Panamá, como parte de la Estrategia Nacional de Diplomacia Cultural, y en coordinación con diversas contrapartes locales, nacionales e internacionales como la Unión de Ciudades Capitales Iberoamericanas (UCCI), entre otras.
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