En un discurso ante los participantes en la conferencia internacional con motivo del tercer aniversario de su encíclica ‘Laudato Sí‘, el Sumo Pontífice señaló que jóvenes e indígenas están en la primera línea del desafío ecológico integral y ocuparán el centro de los dos próximos sínodos de la Iglesia católica.
Los jóvenes -dijo- deberán enfrentar las consecuencias de la actual crisis ambiental y climática, por lo que, como indicó él mismo en la encíclica, la solidaridad intergeneracional es una cuestión esencial de justicia, ‘desde el momento en que la tierra que recibimos pertenece también a quienes vendrán’.
Francisco apuntó además, que es indispensable prestar atención especial a las comunidades aborígenes con sus tradiciones culturales y añadió ‘es triste ver sus tierras expropiadas y sus culturas aplastadas por una actitud depredadora, de nuevas formas de colonialismo, alimentadas por la cultura del despilfarro y el consumismo’.
Para ellos en realidad -recordó el Papa citando a ‘Laudato Sí’- la tierra no es un bien económico, sino un don de Dios y de los antepasados que reposan en ella, un espacio sagrado con el cual tienen la necesidad de interactuar para alimentar su identidad y sus valores.
Por otra parte, Bergoglio expresó que la próxima conferencia de las partes sobre el clima (COP24), prevista para la ciudad polaca de Katowice en diciembre próximo, puede ser una piedra angular en el camino trazado por el Acuerdo de París 2015 y agregó que todos los gobiernos deben esforzarse para honrar lo pactado.
En tal sentido manifestó que ese debe ser un compromiso no sólo de los estados, sino también de las autoridades locales, grupos de la sociedad civil, instituciones económicas y religiosas, que pueden favorecer la cultura y la praxis ecológica integral.