SAO PAULO.- El presidente Jair Bolsonaro consideró desviar fondos de sociología y filosofía a “carreras más productivas” mientras su ministro de Educación anuncia un recorte de fondos provocando que hasta los científicos salieran a protestar a la calle.
Las protestas empezaron en el centro neurálgico de São Paulo, donde los manifestantes clamaron contra el anuncio de que se congelan el 30% de los gastos no obligatorios de las universidades federales, poniendo en riesgos numerosas investigaciones.
““Intentamos hacer presión (contra los recortes), explicar la importancia de la ciencia para el avance, el desarrollo y el bienestar del país”, afirma antes de admitir que “en Brasil la ciencia nunca fue prioridad”, señaló la oceanógrafa Maila Guilhom, de 28 años.
O Ministro da Educação @abrahamWeinT estuda descentralizar investimento em faculdades de filosofia e sociologia (humanas). Alunos já matriculados não serão afetados. O objetivo é focar em áreas que gerem retorno imediato ao contribuinte, como: veterinária, engenharia e medicina.
— Jair M. Bolsonaro (@jairbolsonaro) April 26, 2019
Marina Correa, de 27, con la que Guilhom investiga sobre la sostenibilidad de los océanos, está especialmente preocupada por el desdén presidencial.
“Sus declaraciones dañan nuestra credibilidad, dice que la ciencia no es productiva en un intento de apartarnos aún más de la sociedad”, explica rodeada de pancartas con lemas como “El Gobierno quiere derribar la educación porque ella derriba Gobiernos” o “los científicos no existen solo en las pelis”.
Video relacionado 6 de mayo de 2019
Jair Messias Bolsonaro, el ultraderechista presidente de Brasil, estudió en una academia militar en los setenta, durante la dictadura. Llegó a ser capitán paracaidista antes de emprender una larga carrera parlamentaria. Jamás ha ocultado que considera las universidades un nido de rojos peligrosos y la calidad de la educación, nefasta.
Durante la campaña electoral propuso implantar “la educación a distancia porque así ayudamos a combatir el marxismo”. Erradicar lo que denomina “el marxismo cultural” y ”la ideología de género” de las aulas es una de sus obsesiones. (ECHA. Agencias)