Curiosidades: Sobre escritores…

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  1. Haruki Murakami se levanta a las 4 de la mañana y trabaja seis horas. Después de comer corre 10 km. o bien nada 1.500 metros, lee, escucha música y se va a la cama a las 21.00. Trata de seguir esta rutina cada día sin ninguna variación de forma que, según explica, termina sumiéndose en una especie de hipnosis que le permite alcanzar un profundo estado mental.
  2. Víctor Hugo se encontraba visitando la Suiza germanófona cuando entró en un restaurante. Dado que no sabía alemán, optó por pedir el plato más caro para asegurarse de que sería bueno, así que se decantó por un “Kalaische nach Rheinfall”. El camarero quedó sorprendido al comprobar que el el escritor francés no quería comer, sino que prefería dar un paseo en calesa hasta las cataratas del Rin, también ofertado en la carta
  3. Ramón del Valle-Inclán fue citado ante el juez en cierta ocasión con motivo de un alboroto que había armado. Tras declarar su nombre y su oficio, este es el diálogo que mantuvieron:

—¿Sabe leer y escribir?

—No.

—Me extraña la respuesta.

—Más me extraña a mí la pregunta

  1. Honoré de Balzac notificaba a los presentes la defunción de su tío, el cual le había dejado en herencia todos sus bienes.

–Ayer al anochecer —dijo—, mi tío y yo pasamos a mejor vida.

  1. Un hipócrita tiburón de los negocios se creyó en la necesidad de decirle un día al escritor y humorista estadounidense Mark Twain (1835-1910):

–Antes de mi muerte pienso hacer peregrinación a Tierra Santa; quiero subir a lo alto del monte Sinaí para leer en voz alta los Diez Mandamientos.

–Podría hacer usted una cosa mejor todavía —replicó Mark Twain—: quedarse en su casa de Boston y cumplirlos.

  1. George Bernard Shaw le envió a Winston Churchill (1874-1965) dos entradas para el estreno de una de sus obras, acompañadas de una nota que decía:

–Para usted y un amigo, si acaso lo tiene.

Sin perder ese mismo tono provocador e hiriente, Churchill se excusó de asistir con una nota en que le prometía:

–Asistiré al reestreno, si acaso lo tiene.

  1. El filósofo alemán Arthur Schopenhauer (1788-1860) impartió clases en la Universidad de Berlín. Al empezar uno de los cursos, les hizo esta pregunta a sus futuros alumnos:

–¿Quisiera saber si alguno de ustedes conoce mi ensayo sobre la influencia de la mentira en las relaciones humanas?

Se levantaron muchas manos, y Schopenhauer exclamó:

Muy bien. Ahora sé que voy a poder hablar de este tema con conocimiento de causa, pues la gran verdad es que yo jamás he escrito ese ensayo.

  1. Un desconocido solicitó ser recibido por Bernard Shaw, pero no lo consiguió hasta que, de tanto insistir, este deseó quitárselo de encima. Le recibió de pie, como para anunciar que la entrevista sería corta. El desconocido se limitó a pedirle dinero, con el siguiente peregrino argumento:

–Somos de la misma familia, y es justo que nos ayudemos unos a otros.

–¿De la misma familia? —preguntó Shaw.

–Sí, los dos descendemos de Adán y Eva.

Shaw, sin discutir, le dio un chelín y le dijo:

–Ahí va esto. Y si los demás miembros de la familia le dan lo mismo, no tardará en ser mucho más rico que yo.

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