WASHINGTON.- El portaviones USS Harry S Truman puede acomodar hasta 90 aviones de combate para sus bombardeos y una flotilla de naves EA-18G Growler (“Gruñón”) diseñados para interferir las señales electrónicas en las redes del Estado Islámico.
Los tenientes Schnabel y Long dirigen la “guerra electrónica”, utilizando jets equipados con unas grandes y pesadas cápsulas que emiten potentes ondas de alta radiación que bloquean los trasmisores en tierra.
El Growler fue diseñado originalmente para inhabilitar sistemas de defensa aérea, el tipo que podría ser utilizado por Rusia, por ejemplo, informa la cadena británica BBC Mundo, pero en la lucha contra los yihadistas está siendo usado con un propósito muy diferente: la guerra electrónica.
El teniente Schnabel describe el violento lanzamiento como “la mejor taza de café” y señala que, aún desde la relativa seguridad de cubierta, es una experiencia llena de adrenalina que te sacude los huesos.
En los últimos cuatro meses, el portaviones estadounidense USS Harry S Truman ha estado navegando en algún lugar en el norte del Golfo de Arabia, lanzando ola tras ola de ataques contra el autodenominado Estado Islámico (EI).
Hay más de 60 aviones de combate a bordo, tres veces más que los aviones de la Real Fuerza Aérea británica que despegan desde su base en Chipre.
Los aviones EA-18G Growler (“Gruñón”) fueron diseñados especialmente para la guerra electrónica contrael Estado Islámico. (Foto BBC Mundo)
“Nosotros hacemos las cosas en el trasfondo, de las que la gente no habla”, dice el teniente Drew Schnabel, uno de los pilotos.
Schnabel y Long no pueden dar muchos detalles sobre las misiones que vuelan día a día sobre Irak y Siria porque mucho de lo que hacen es información clasificada.
Sin embargo, el teniente Schnabel trata de explicar: “Piénsalo de esta manera. Estás sentado en tu casa y las bombas empiezan a caer. Es caótico. De repente, empiezas a perder la capacidad de comunicarte y cosas empiezan a suceder en términos electrónicos que no entiendes”.
El efecto combinado, dice, “añade todo un nuevo nivel de temor”. El efecto final, espera, es que empiecen a “perder la voluntad de combatir”.
Este programa es parte de una estrategia más amplia que está siendo implementada por Estados Unidos que incluye el uso de electrónica y ciberguerra.
Los ejércitos de EEUU y Reino Unido ya han estado utilizando aviones espías para localizar lo que llaman “objetivos de alto valor” y se cree que son capaces de rastrear y encontrar teléfonos móviles individuales. (ECHA – Agencias)