WASHINGTON.- El director del FBI James Comey enfrenta un complicado futuro bajo el gobierno de Donald Trump, quien lo criticó duramente por las investigaciones del correo electrónico de la excandidata demócrata, Hillary Clinton.
“¿Trata de completar los siete años que le quedan a su mandato bajo un presidente que cuestionó la integridad del FBI? ¿Se ofrece como garantía contra cualquier exceso del ejecutivo y como guía de un presidente novato en asuntos vinculados con la seguridad nacional?” pregunta el columnista Eric Tucker en El Nuevo Herald de Miami.
Señala que los directores del FBI cumplen mandatos de diez años y algunos han servido bajo presidentes de distintas partidos, incluido el predecesor de Comey, Rober Mueller, pero en este caso encararía la delicada tarea de trabajar con un mandatario que criticó a su departamento durante la campaña electoral.
En ese sentido recuerda que el domingo pasado, sin ir más lejos, luego de que Comey mantuviese su decisión de no recomendar que Hillary Clinton fuese enjuiciada por enviar correos electrónicos usando un servidor personal cuando era secretaria de Estado, Trump dijo que la candidata demócrata estaba protegida por “un sistema arreglado”.
Previamente Trump cuestionó la independencia del Departamento de Justicia y dijo que le pediría a su secretario de Justicia que nombrase un fiscal especial para que revisase los manejos de los correos de Clinton.
Los comentarios de Trump acerca de la amenaza terrorista, incluida su advertencia de que Estados Unidos está siendo penetrado por “un Islam radicalizado”, van en contra de la visión más mesurada que ha transmitido Comey.
El presidente electo también ha expresado su deseo de mejorar las relaciones con el presidente ruso Vladimir Putin a pesar de que los servicios de inteligencia han dicho públicamente que Moscú interfirió con el proceso electoral hackeando las comunicaciones de los partidos.(ECHA- Agencias)