El dolor aliancista lleva 29 años (OPINIÓN)

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El 8 de diciembre de 1987 se paralizó el corazón de los peruanos con la tragedia aliancista. El plante blanquiazul nunca retornó a Lima de su viaje a Pucallpa y la tumba de todos ellos fue el mar de Ventanilla.

Han trascurrido 29 años de la caída del fatídico Fokker F27 y las heridas no cierran, permanece el recuerdo de aquel triste día en que la tranquilidad del día de la Purísima se vería alterada con la dolorosa noticia.

Con la tragedia se fue una brillante generación de futbolistas. José Casanova, ‘Pechito’ Tomás Farfán, ‘Pacho’ Bustamante, José Gonzales Ganoza, Aldo Chamochumbi, Luis Antonio Escobar, César Sussoni Daniel Reyes, Gino Peña y Braulio Tejada, entre otros, partieron a la eternidad en el funesto accidente de aviación.

Con la tragedia perdimos a Marcos Calderón, el mejor entrenador del fútbol peruano quien acumuló palmares en su exitosa carrera. Será recordado siempre por ser el DT de Perú en la obtención del título Sudamericano de la Copa América 1975 y la clasificación al Mundial de Argentina 78.

Marcos Calderón fue un técnico rudo pero de enorme sencillez cuando se le llegaba a conocer bien. En las prácticas no se casaba con nadie pero fuera de las canchas era un paternal amigo.

La tragedia se llevó una promoción brillante de futbolistas con un futuro inmenso para Alianza Lima y la selección peruana. Los peruanos sintieron que habían muerto los hijos del fútbol, de las entrañas mismas del pueblo futbolero.

Han pasado 29 años y no podemos dejar de recordarlos. Ellos vivirán eternamente en el corazón de los hinchas aliancistas que aun lloran y cada año van al mar de Ventanilla para expresar su dolor y llanto.

La tragedia del Chapecoense no hizo otra cosa que revivir la tragedia aliancista. Sentimos mucho lo sucedido al equipo brasileño que iba a jugar la primera final de la Copa Sudamericana. El dolor del pueblo brasileño se hizo propio para los peruanos.

No hay palabras que pueda consolar tanto dolor. El fútbol mundial quedó nuevamente de luto, pero ese luto lo llevamos hace tiempo y los años no mitigan el pesar de los peruanos.

El único que sobrevivió a la tragedia fue el piloto Edilberto Villar, el único que sabe lo que realmente ocurrió. Cuando cuente y dé su versión de lo sucedido sabremos la verdad. Una verdad que tal vez ya no necesitamos conocer porque lo único certero que queda es que perdimos una promoción de excelentes futbolistas. (Hugo Laredo).