El presidente de la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas, Devida, Alberto Otárola, señaló que esperan un mea culpa o pedido de disculpas públicas por los indultos y conmutaciones de penas a narcotraficantes durante el segundo gobierno de Alan García.
En declaraciones a Ideele, aseguró que con esta medida, que permitió la excarcelación irregular de sentenciados por narcotráfico, se afectó “severamente” la perspectiva que se tenía para el combate contra el tráfico de drogas.
“Todavía, y honestamente lo digo como presidente ejecutivo de Devida, estamos esperando un mea culpa o un pedido de disculpas públicas, que sería muy bueno para un proceso de reconciliación nacional” remarcó.
Consideró que este reconocimiento debería convocar también para se trate con mucho cuidado esta atribución presidencial porque “puede generar impunidad”.
Mafia en indultos y conmutaciones
Alberto Otárola recordó que en el accionar de la Comisión de Indultos y Conmutaciones de pena, presidido por Miguel Facundo Chinguel, se ha descubierto una mafia que actuó en beneficio de narcotraficantes, frente a lo cual el Poder Judicial debe actuar hasta las últimas consecuencias respecto a los responsables.
Abogó, asimismo, porque después de este proceso judicial se tenga un periodo de reflexión para no volver nunca más a este tipo prácticas, que afectan severamente las políticas del Estado que enfrenta al narcotráfico.
Eliminar facultad presidencial
En otro momento, Alberto Otárola consideró que se debería eliminar la facultad presidencial para otorgar indultos y conmutaciones de penal, contenidas en el artículo 118 de la Constitución Política del Perú.
“Esta facultad de indultar penas viene de la monarquía, es una atribución que se tiene que eliminar de la Constitución. Solo (debería ser posible) para asuntos humanitarios”, aseveró.
Asimismo manifestó su desacuerdo 3n colocar al Presidente de la República como el supremo hacedor de las normas o como la persona que pueda estar por encima de un debido proceso, que ha condenado por delitos tan complicados como el narcotráfico.
La impunidad es el peor enemigo del Estado, porque socava la base misma de las políticas que se vienen impulsando, añadió. (ECHA- Andina)