Perú agradó, gustó y deja a todos conformes (ANÁLISIS)

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El partido de Perú ante Ecuador dejó matices de buen fútbol, salpicado de emoción y un gol, el de Christian Cueva, con envoltura empaquetada para ponerlo en un sitio para recordarlo como uno de los mejores de esta Copa América Centenario.

 Perú estuvo desconocido por el arranque arrollador al que no acostumbra  hacerlo. En ese fulgor que iluminó la cancha del estadio de la Universidad de Phoenix Cueva frotó la lámpara.

El ahora jugador del Sao Paulo se puso su mejor traje para hacer un lujo, hacer pasar la pelota entre las piernas del zaguero que cometió la peor torpeza de embestir al peruano cuando éste sabe usar el capote para hacer pasar al toro.

Ese comienzo de dulce encanto peruano para ponerse 2-0 con los goles de Cueva y Flores hizo que la orquesta interpretara sus mejores melodías para el recital que lastimosamente quedó inconcluso.

De todo lo visto, Perú ofreció un juego que no se le veía hace mucho. Fue una tromba, un portento de equipo pero la ventaja de 2-0 no la pudo administrar y acabó con un empate.

Podría decirse que una paridad sirve poco cuando en el plato del menú faltó el postre. La cereza en la torta ausente para que el potaje sea completo. Un triunfo es siempre mejor. Porque es tiempo de aprender a cuidar la ventaja y no se repita lo ocurrido de acabar con las caras largas.

En lo rescatable habría que decir que Perú mejoró, agradó y se puede apostar en este equipo renovado. Pensando en el futuro, pensado que no se puede vivir de recuerdos.

Una cosa más, el triunfo estuvo cerca. Ruidíaz tuvo la ocasión del 3-2 pero eso queda como un laxante agradable porque esta noche, perdimos la ocasión de darle un porrazo al líder de las Eliminatorias Rusia 2018. (Hugo Laredo).